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Los democristianos de Italia inauguran su 17º congreso con una teatralidad renovada

Juan Arias

El 17º congreso nacional de la ballena blanca, como se llama en Italia al partido de mayoría relativa, la Democracia Cristiana (DC), se inauguró ayer en Roma bajo un sol propio de agosto. Si todos los congresos políticos tienen en Italia la majestuosidad y la ritualidad solemne de los grandes actos litúrgicos, el de los democristianos ha sido siempre como una gran representación teatral, ahora renovada.

Este año la novedad escenográfica ha sido la introducción de las computadoras y la música electrónica laica. Y, junto a ello, el despligue, como ya se hizo en el congreso comunista de Florencia, de los colores del arco iris en el emblema del partido, hasta ayer pintado sólo de azul y blanco.

La gran sala del Palacio de los Deportes se encontraba ayer de bote en bote. Estaban todos: los 1.150 delegados de un partido que cuenta con 226 diputados, 121 senadores y 26 parlamentarios europeos, y también 70.202 dirigentes regionales, provinciales y locales y 4.372 alcaldes.

La DC preside hoy 52 gobiernos entre regionales y provinciales. Más de 1.000 periodistas italianos y extranjeros, casi tantos como delegados, siguieron los actos, junto a 110 representaciones extranjeras y numerosos invitados del mundo del arte, el espectáculo, la ciencia y el deporte.

Todo parecía ayer más moderno que otras veces en el viejo partido de Alcide de Gasperi, de inspiración cristiana y vocación laica. El gran matador fue el secretario general, Ciriaco de Mita, que antes de empezar a hablar fue ya aplaudido y aclamado como sucesor de sí mismo.

Su discurso, que duró casi tres horas, tuvo, en realidad, sólo tres interlocutores: el Partido Comunista (PCI), el Partido Socialista (PSI) y los dirigentes históricos de su partido.

Para calmar a la derecha de la DC y a los pro socialistas, De Mita dijo tajantemente: "Consideramos nuestra posición cultural, histórica y políticamente alternativa a la del Partido Comunista".Pero, enseguida, el secretario democristiano, considerado el mayor intelectual del partido, alzó el vuelo para decir que, en realidad, hoy todos los partidos se hallan en la misma dificultad, es decir, "ante la búsqueda de un nuevo equilibrio entre derechos de libertad y deberes de solidaridad o, más en general, entre poder y responsabilidad". Y añadió que lo que se impone para todos es "una nueva racionalidad institucional".

Afirmó De Mita que todos los partidos están haciendo un viaje difícil para decir a continuación que, en la línea del nuevo empeño de cada uno de los partidos, "se irán midiendo las convergencias posibles y las alianzas practicables".

De Mita reconoció que el partido comunista de Alessandro Natta ha dado en su último congreso un importante paso adelante en su democratización, aunque añadió que "se trata todavía más de una posibilidad que de una nueva política". Y afirmó que al PCI le sigue faltando una colocación "cierta y definitiva" en política internacional.

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