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Cuatro niños vivían en condiciones insalubres en una urbanización de Vallecas

La policía recogió el pasado martes, a última hora de la tarde, a cuatro hermanos (tres niñas y un niño) de edades comprendidas entre los siete meses y los 11 años, que habitaban en condiciones insalubres en una vivienda de la urbanización de promoción pública conocida por la Pantera Rosa, en el distrito de Vallecas de Madrid. La madre, María del Pilar Rey, de 23 años de edad, llegó a la casa cuando los niños iban a ser trasladados al hospital Provincial y fue retenida por la policía. Posteriormente desapareció.

Los niños estaban solos porque la madre "se ausenta con frecuencia", según la información policial facilitada ayer, que añade que "sería aconsejable la desinfección de la vivienda".La misma fuente informativa añadió que las diligencias pasaron al juez de guardia, y se ha dado cuenta de los hechos al Tribunal Tutelar de Menores.

La Consejería de Salud y Bienestar Social de la Comunidad de Madrid informó por su parte que los niños, de siete meses de edad, cuatro, siete y 11 años, han sido atendidos en el citado hospital y "no presentan síntomas anormales, por lo que serán trasladados a la Casa del Niño de la Comunidad de Madrid a la espera de la decisión judicial".

Los citados niños son hijos de Jacinto Fernández Miguel, actualmente en prisión por delito contra la propiedad, y Pilar Rey González. El matrimonio ocupó la casa, promovida por la Empresa Municipal de la Vivienda, el día 2 de agosto del año pasado. "Su solicitud daba un alto baremo de necesidades de acuerdo con las exigencias del Ayutamiento de Madrid para adjudicar estas viviendas", precisé Marisa de Frutos, funcionaria de dicha empresa municipal.

Los inmuebles, situados en la calle Sierra Elvira, número 35, junto a la carretera de Valencia, se conocen por el nombre de la Pantera Rosa a causa de su color y porque se ven desde todas partes", según un vecino.

Los residentes reivindican a la Empresa Municipal de la Vivienda que mejore algunos materiales de construcción. En este sentido se exhiben varias pancartas.

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El descubrimiento de las condiciones de vida de estos cuatro hermanos se inició cuando dos vecinas de una de las torres vieron en la terraza del piso 11-D, a las siete de la tarde del pasado martes, a dos niñas pequeñas que se asomaban peligrosamente. A los gritos de estas mujeres, otra vecina salió a su ventana y observó también lo que ocurría. Cundió la alarma entre los vecinos y sospecharon que las pequeñas estaban solas. Varios de ellos subieron a la casa de las niñas para intentar que les abrieran la puerta, sin conseguirlo.

Los vecinos avisaron a la policía. Mientras llegaba un coche patrulla, las pequeñas se decidieron a abrir, después de que algunas vecinas les dijeran que les iban a dar caramelos y muñecas, según dice una de ellas.

Al entrar en el piso, los vecinos vieron que había cuatro niños solos, tres chicas y un chico, y un perro. "Estaban muy sucios. La vivienda, que tiene cuatro dormitorios, estaba llena de suciedad", describen los vecinos. Cuando llegaron los agentes de policía, y ante el aspecto de los niños, pidieron a los vecinos que los bañaran para llevarlos al hospital Provincial. Una mujer explica que en su casa atendió al más pequeño, de unos siete meses, "que estaba lleno de porquería hasta la cintura", lo tuvo en el baño "media hora" y le dio leche con galletas. "Se agarraba a la cuchara con ansia, el pobrecito. Sin embargo, una de sus hermanas vomitó la leche que le dio otra vecina".

Las niñas mayores explicaron que su madre había salido "a vender pañuelos" y que un quinto hermano, el mayor, llamado Benito, no sabían dónde estaba.

Ropa con gusanos

Al ir a trasladar a los niños se planteó el problema de vestirlos. Los vecinos y la policía buscaron ropa en los armarios de la vivienda de aquéllos, pero sólo encontraron tres bolsas de ropa sucia y putrefacta, "con gusanos", según precisó ayer la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Los niños fueron envueltos en toallas, que aportaron los vecinos, para llevarlos al hospital.La madre de los niños, Pilar Rey González, de 23 años de edad, llegó al portal del inmueble acompañada de un hombre cuando la policía se marchaba con los niños, y fue requerida por la policía para que también ella fuese al hospital. Explicó que ella había dejado a los niños al cuidado de unos amigos. Según la Jefatura Superior de Policía, Pilar desapareció posteriormente del hospital. Los agentes descubrieron su desaparición al ir a tomarle declaración para incluirla en las diligencias.

El presidente de la comunidad de propietarios de este inmueble, Gregorio Martín, manifestó que "en la vivienda vivían desde hace ya tiempo Pilar y un hermano suyo con otro amigo y su mujer, con los niños de Pilar. El marido fue detenido al poco de llegar aquí". Martín añade que los vecinos han solicitado en la comisaría de Vallecas que la vivienda 11-D sea desinfectada.

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