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El debate nuclear anima la campaña para las elecciones de mañana en Holanda

El accidente del reactor nuclear de Chernobil ha contribuido a animar un poco la monótona campaña electoral para los comicios legislativos de mañana en Holanda, cuyo principal asunto de debate fue, sin embargo, la situación social que atraviesa el país, afectado por la disminución de los ingresos proporcionados por el gas natural.

ENVIADO ESPECIAL

Para sintonizar con la preocupación de una opinión pública especialmente sensibilizada por las cuestiones ecológicas, la coalición gubernamental democristiano-liberal congeló al iniciarse la campaña, justamente cuando se produjo el escape radiactivo en la URSS, la construcción de dos nuevas centrales nucleares, mientras la oposición socialista preconizaba la renuncia a marchas forzadas a esta fuente de energía.En contra de las previsiones iniciales, la polémica sobre la instalación de los euromisiles en territorio holandés y el controvertido proyecto de ley sobre la eutanasia voluntaria fueron escasamente evocados en los carteles propagandísticos o en las intervenciones televisadas dedicadas a discutir la oportunidad de reducir las prestaciones sociales de un Estado providencia que está dejando de serio.

Con el propósito de reducir en 9.000 millones de florines (504.000 millones de pesetas) un déficit presupuestario agravado por la reducción de la producción de gas -10% menos que en 1985-, el Gabinete encabezado por el democristiano Ruud Lubbers, de 47 años de edad, no ha dudado, en vísperas electorales, en disminuir en un 5% las subvenciones a los parados, enfermos permanentes, incapacitados, etcétera, y en aumentar el IVA. La primera medida afecta a tres millones de personas, la quinta parte de la población.

División de la población entre poderosos y desposeídos, fue el eslogan con el que los socialistas de Joop den Uyl, de 66 años de edad, denunciaban la política social del Ejecutivo, al tiempo que anunciaban su intención de abrogar, en caso de victoria electoral,. las medidas de austeridad e incluso abogaban por la reducción de la semana laboral a 36 horas para intentar disminuir la tasa de paro.

A pesar del elevado porcentaje de paro -15,4% de la población activa- y del bajón en los ingresos por la venta del gas natural, la coyuntura económica que caracteriza esta última etapa del Gobierno democristiano-liberal es globalmente favorable, con un incremento del consumo y de la competitividad de las empresas y la práctica desaparición de la inflación.

Aunque quedó relegada a un segundo plano la discusión sobre el despliegue de 48 misiles de crucero, aprobado en marzo por el Parlamento, también surgió durante la campaña, sobre todo por empeño de la oposición, cuyo líder hizo hincapié en que renegociaría el acuerdo concluido con EE UU sobre la modernización del arsenal militar de la OTAN en. Holanda con el propósito de conseguir la retirada de los cohetes nucleares.

Su rival recordó que su instalación en la base aérea norteamericana de Woensdrecht sólo se llevaría a cabo, a partir de diciembre de 1988, si las conversaciones de desarme de Ginebra entre las dos superpotencias no permiten la elaboración de un tratado sobre la reducción de los misiles estacionados en Europa.

La legalización de la eutanasia, que el Gobierno de Lubbers logró en febrero evitar someter a votación en el Parlamento, fue, por último, evocada a lo largo de la campaña especialmente por la formación centrista Demokraten 66, promotora del proyecto de ley que obtuvo el apoyo de socialistas y liberales.

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