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SAN ISIDRO 86

Continúan las protestas por el acceso a los espectáculos

Los espectáculos programados para las fiestas de San Isidro continúan siendo objeto de las protestas de personas que intentan acceder a ellos. En la noche del miércoles se: abrieron a última hora las puertas del Centró Cultural Conde Duque para dar cabida al público que, sin invitación, se agolpaba a la entrada y quería presenciar el concierto de Luis Cobos. En la mañana del jueves, el público seguía guardando cola en el Palacio de los Deportes para comprar entradas de las actuaciones de Serrat o Víctor y Aria. Los organizadores no habían informado que el taquillaje se agotó el lunes.

El Ayuntamiento de Madrid publicaba ayer, como cada día, el siguiente anuncio de las fiestas de San Isidro: "22.00 h". *Palacio de los Deportes. Joan Manuel Serrat". El asterisco quería decir: "Precios populares. Venta anticipada de localidades en las taquillas correspondientes".

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A las 6.30 horas del jueves ya había. personas en las taquillas del Palacio de los Deportes. A las once de la mañana se abrieron y, a medida que solicitaban entradas para el recital del día (Joan Manuel Serrat) se les informaba que ya no había localidades. Varias personas pidieron, el libro de reclamaciones, que no existe, según la respuesta que se dio en taquilla. Ya el martes, unas 90 personas presentaron una denuncia en comisairía por el mismo motivo.

La protesta de ayer se inició al conocer que la organización no había. reservado el 10% del aforo para ponerlo a la venta el mismo día del espectáculo, tal como exigía la ley anteriormente. El Ayuntamiento decidió vender ese cupo, unas 660 entradas, el mismo lunes, día en que se agotó el papel. Sin embargo, no informó de la imposibilidad de vender entradas para varios de los espectáculos.

Narciso Yepes tuvo mejor suerte que Victoria de los Ángeles en el Real. El teatro estuvo aparentemente lleno, aunque hasta última hora había entradas en taquilla. Los aficionados que guardaban cola en ella veían con estupor la llegada de políticos, funcionarios y periodistas que rasgaban en la misma entrada los sobres con las invitaciones.

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El público que siguió a Yepes no era el que asiduamente asiste a los conciertos de música clásica. Por si no fuera ostensible la extraña presencia, pronto se pudo comprobar que los espectadores no eran, los habituales por el murmullo y los ruidos con que se acompañó la actuación del guitarrista.

En el Centro Cultural Conde Duque, la orquesta de Luis Cobos actuaba para promocionar el chotis. La entrada era libre, bastaba con recoger las invitaciones; pero en ningún caso se informó dónde había que pedirlas. El público, por tanto, era similar al del Real: muchas autoridades, muchos funcionarios, intelectuales y políticos. La promoción del chotis, según se informó oficialmente, era para gente escogida. Cuando ya estaba al completo el recinto, con capacidad para 700 personas, un grupo sin invitación en la mano intentó presenciar el espectáculo, incluido en la programación oficial de las fiestas madrileñas. Para evitar las protestas, se abrieron las puertas del Conde Duque a los escasos ciudadanos anónimos.

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