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Juan Luis Cebrián, elegido presidente del IPI

Juan Luis Cebrián, director de EL PAIS, fue elegido ayer presidente del Instituto Internacional de Prensa (IPI), el más importante organismo privado internacional de defensa de la libertad de expresión, que agrupa a 2.000 periodistas y editores de más de 60 países. Cebrián, primer hispanohablante que accede a la presidencia en los 36 años de existencia del IPI, ha señalado entre los objetivos principales de su mandato la extensión de las actividades del instituto en América Latina y la lucha contra las limitaciones al libre ejercicio del periodismo.

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Una organización que defiende la libertad de información

La elección de Cebrián por la junta directiva se produjo en la última jornada de la 351 asamblea anual del IPI en Viena. El nuevo presidente sucede en el, cargo a Richard Leonard, director del Milwaukee Journal estadounidense. También han accedido a sendas vicepresidencias el norteamericano David Laventhol, presidente del grupo Times-Mirror, y el japonés Yosoji Kobayashi, editor del Yomiuri Shimbun, de Tokio.Juan Luis Cebrián tiene 42 años, fue redactor jefe del diario Pueblo hasta diciembre de 1967 y posteriormente subdirector de Informaciones. En 1974 fue nombrado jefe de los servicios informativos de Televisión Española, cargo del que dimitió. En el mes de enero de 1976 fue nombrado director de El PAÍS.En su toma de posesión, Cebrián recalcó que su elección "ayuda a simbolizar los progresos hacia la democracia habidos en las naciones hispánicas en la última década". Y agregó: "El IPI ha estado presente, de manera constante y pertinaz, apoyando muchos de estos procesos: de liberalización y democratización de la Prensa, defendiendo a periodistas encarcelados o perseguidos y alentando a nuestros colegas en su lucha por la libertad de expresión". Cebrián rindió tributo al director del instituto, Peter Gaffiner, por "el esfuerzo y la dedicación que en la última década ha puesto al servicio del periodismo en mil país". El nuevo presidente anunció la creación de una subcomisión, presidida por el peruano Enrique: Zileri, directorde Caretas, de Lima, y encargada de extender las actividades del IPI hacia América Latina.

Un problema común de España y varios países latinoamericanos, indicó Cebrián, es el de la exigencia del carné de prensa o de la colegiación obligatoria para poder ejercer el periodismo.

Cebrián recordó "dos principios básicos del ejercicio del periodismo: que la libertad de expresión es un derecho de: todos los ciudadanos y no sólo de un gremio y que el ejercicio profesional de esa libertad no requiere ninguna ley específica". Citó la compatibilidad, como se produce en Estados Unidos, de esa libertad de ejercicio con un elevado nivel de formación universitaria de los periodistas.

El presidente del IPI señaló: "Es desalentador comprobar cómo en países democráticos como Costa Rica o el mío mismo crecen en número los profesionales dispuestos a solicitar amparos legislativos y acreditaciones oficiales y a acusar de intrusos a quienes no las tengan". Cebrián concluyó subrayando la necesidad de que el IPI se mantenga vigilante para impedir la implantación o la perpetuación de carnés de prensa de ámbito nacional o supranacional.

Contra las limitaciones

Más tarde, en su sesión dedicada a las resoluciones, la asamblea del IPI aprobó, por unanimidad de los más de 300 participantes, una de dicada al licensing o exigencia de requisitos previos para el ejercicio del periodismo. En la resolución, el IPI condena "todas las limitaciones legales" a ese ejercicio.

Durante la última jornada se celebró igualmente un vivo debate sobre Los medios informativos y los problemas del medio ambiente. Participaron, entre otros, Jonathan Porritt, director de la asociación ecologista Amigos de la Tierra, y el pintor español César Manrique. Éste denunció ante la Prensa mundial la "destrucción de la isla de Lanzarote por la construcción descontrolada y especulativa".

Intervinieron también el ministro de Asuntos Exteriores austriaco, Leopold Gratz, y el primer ministro, Fred Sinowatz. Éste, que hablaba -sin mencionarlo- en el contexto de una campaña electoral enrarecida por las revelaciones sobre el pasado nazi del candidato conservador Kurt Waldheim, lamentó "el olvido de parte de la población austriaca de su propia historia" y señaló la gran contribución judía a la construcción de la Austria moderna.

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