El cine como historia y el vídeo como 'story-board'

John Sanborn y Mary Perillo son conscientes de los límites actuales del vídeo y también del espectacular desarrollo que experimentará la imagen electrónica a medio plazo. Los profesionales del cine siempre han reprochado al vídeo -tamaño y definición de imagen aparte- sus escasas incursiones en la ficción de larga duración. Sanborn contesta así: "En los primeros vídeos experimentábamos con la forma para crear un lenguaje. Nos preocupaban los rudimentos del lenguaje, la formación de las primeras palabras. Ahora nos encontramos en la fase de formación de oraciones y párrafos, y yo espero que dentro de cinco años podremos escribir una novela con el vídeo".

Opina Sanborn que "la estructura del cine, por su propia naturaleza formal, es muy rígida. La mayoría de las obras cinematográficas se conciben como un marco en el que se proyecta la luz. Lo primero que hace el vídeo, por el contrario, es enmarcar la imagen y luego pintar dentro de ese marco. El vídeo favorece una mayor liberación del artista a la hora de crear, como se aprecia en los videoclips, en el vídeo publicitario y también en el videoarte". Mary Perillo apostilla esta declaración: "No sólo se puede pintar dentro del marco, sino que puedes quitar el marco, cambiarlo de forma o de tamaño, trasladarlo, etcétera".

La imagen de video y televisión, su textura, le parece, desde otro punto de vista, "más artificial que el cine". "Pero eso no me preocupa", señala. "Siempre me ha interesado transmitir una imagen electrónica y efímera. Además, me gusta que el vídeo esté cambiando, porque así podemos darle la forma que queramos, de una manera nueva y propia y no condicionada por los estilos de Hollywood".

Magnetoscopios digitales

Se espera que dentro de cinco años existan magnetoscopios digitales, el vídeo digital -de la misma manera que existe ya el audio digital-, que aportará "no sólo una imagen de más calidad, sino más fluida y con una información que contendrá muchos más detalles. El vídeo", enfatiza el artista, será la forma central de expresión, que aglutinará a la música, la danza, los textos, el relato. El vídeo reproduce, al contrario del cine, la forma de pensar. En otras palabras, el cine es un relato, una historia, y el vídeo es el storyboard, el proceso creativo de esa historia".

Una de las constantes de Sanborn es el acoplamiento entre imagen y música, el intento de fundir encuadres y notas. "Nuestra forma de trabajo", comenta, "es muy musical, tanto en la creación como en la percepción. Son a veces como las obras de Boulez, esa música que parece atonal pero en la que subyace una gran lógica visual.( ... ) Intentamos no sólo ser artistas de vídeo, sino causar un impacto en la cultura".

La pareja Saborn-Perillo puede considerarse afortunada en el mundo del vídeo, ya que ambos tienen trabajo durante todo el año, especialmente encargos comerciales que les permiten financiar sus obras de creación. "Desde enero hasta hoy", comenta Perillo, "sólo hemos tenido dos días libres".