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FINALES EUROPEAS DE FÚTBOL

El Madrid aguantó en Berlín la dureza del Colonia

ENVIADO ESPECIALEl Madrid no jugó en Berlín para ganar el partido final de la Copa de la UEFA con el Colonia. Se limitó a dejarse llevar por la comodidad del 5-1 logrado en el Bernabéu. El equipo de Molowny aguantó la dureza convertida. en marrullería muchas veces de su rival, y sacrificó todo amago de lucimiento en beneficio exclusivo de su único objetivo: no perder por Cuatro goles. Agustín, espléndido toda, la noche, evitó con sus espléndidas intervenciones sorprendentes angustias en los minutos finales.

El Colonia, consciente de sus limitaciones futbolísticas este año, se equivocó anoche de deporte. Los alemanes se tomaron el partido como una especie de montería y las piezas a cobrar fueron, preferentemente, aquellos madridistas que tienen pendiente el Mundial de México. Hugo Sánchez duró 20 minutos sobre el césped, Butragueño tuvo más suerte en las terroríficas entradas que soportó, y Michel y Solana también recibieron lo suyo. Los alemanes trataron desde el primer momento de amedrentar al Madrid con un juego subterráneo que llegó a resultar peligroso para la integridad física de los madridistas, que ayer vistieron de morado.

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Ante esta situación, esperada, por otra parte, el Madrid mantuvo la compostura, en defensa. Molowny acertó inicialmente al confiar un doble marcaje individual a Solanay Camacho sobre

Allofs y Littbarski, respectivamente, y dejó así a Chendo y Gordillo para cubrir en los laterales las subidas de Geilenkirchen y de Jarnsen, con Maceda de libre. Pero el Colonia comenzó a ganar metros gracias a Bein, un medio punta, activo y de buena calidad técnica que sabe enlazar bien con sus dos delanteros De Bein se encargaba, preferentemente, Michel, pero alternando esta función con Gallego según por donde entrara el 9 alemán. Ésto suponía el riesgo de alguna posible falta de conexión, y eso ocurrió, justamente, en el primer gol, en el que ni Michel ni Gallego estuvieron encima de Bein, que cabeceó a placer el centro de Janssen.

El Madrid, pese a todo, no perdía la compostura atrás, pero tampoco era capaz de salir al contragolpe, en parte por un sentido de excesiva prudencia o bien porque cualquiera que lo intentaba rodaba de manera sistemática por el césped. Entre patadas, achuchones y alguna que otra jugada, el Colonia mantuvo la tensión del partido y pudo alcanzar mayor ventaja en otro remate de Bein -otra vez solo-, y sobre todo en un espléndido remate de Allofs que Agustín salvó con una magnífica intervención.

El Madrid llegó al descanso con esa mínima ventaja y sostenido por la seriedad de un Camacho que ha llegado a este final de temporada en impresionante forma, por la tranquilidad de Maceda y, sobre todo, por el partidazo de Valdano. El argentino entendió desde el principio cómo había que responderle al Colonia: un empujón oportuno, una discreta zancadilla más adelante, la patada descarada si la ocasión lo requería, y no contento con eso supo mantener el balón los segundos necesarios para desplazarlo a derecha e izquierda y oxigenar al equipo.

Era difícil que el Colonia mantuviera tan alto su peligroso nivel de adrenalina, entre otras cosas porque sus jugadores, también tendrían que acusar cansancio por su fuerte ritmo de patadas al contrario. El Madrid lo entendió así, y, aparte de responder en determinadas ocasiones con idéntica dureza -el árbitro le perdonó una tarjeta a Solana por durísima entrada a Allofs-, comenzó a darse cuenta de que el Colonia perdía fuerza. Un par de cosillas del Buitre, ferozmente marcado por Geils; la colaboración que Valdano comenzó a encontrar en Gallego; el bajón fisico de Bein, y dos remates de Gordillo, uno de los cuales se estrelló en el travesaño, dejaron ver ya que el Madrid podría aguantar.

El segundo gol del Colonia trajo por unos momentos el recuerdo de anteriores goleadas en Alemania Occidental. Sin embargo, el síndrome se encargó de atajarlo en esta fase del partido Agustín. El portero madridista, que nunca ha gozado en el club de la confianza y continuidad necesaria para mantener una línea regular, realizó otras tres magníficas; paradas que sirvieron para que el equipo mantuviera su tono sosegado, y que llegara al final con una derrota por dos goles suficiente para conseguir su segundo título consecutivo de la UEFA.

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