Varios centenares de 'ultras' insultaron al Gobierno en el funeral por los cinco guardias civiles
Varios centenares de ultraderechistas congregados cerca de la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid insultaron al Gobierno y lanzaron proclamas involucionistas tras el funeral por las cinco víctimas del atentado terrorista perpetrado el viernes, que causó además cuatro heridos graves y otros cuatro leves. Cuatro de los cinco muertos fueron enterrados ayer y otro será incinerado el lunes. Los actos fúnebres se celebraron en el patio de la Dirección General y asistió una nutrida representación institucional, presidida por José Barrionuevo, ministro del Interior.
Cerca de unas 400 personas se situaron desde primeral, hora de la mañana en el cruce comprendido entre las calles de San Francisco de Asís y Guzmán el Bueno, a un centenar de metros de la puerta principal de la Dirección General de la Guardia Civil. Efectivos de la Compañía de Reserva General 17 (antidisturbios) de la Policía Nacional impidieron la entrada de éstos a la Dirección General, donde se ofició el fúneral.Al finalizar éste, y mientras que los coches oficiales de las autoridades abandonaban las instalaciones de la Guardia Civil, los congregados fuera increparon e insultaron al Gobierno, en tanto que aplaudían el paso de los furgones del instituto armado. Los concentrados lanzaron asimismo gritos de "Muera ETA" y a favor de la libertad de Antonio Tejero, condenado por su participación en el golpe de Estado del 23-F. Gritos de "Tejero, aguanta" y brazos en alto se combinaban con insultos y forcejeos con los periodistas.
Durante el funeral, que se desarrolló normalmente, una mujer de avanzada edad, situada en la zona reservada a los familiares de las víctimas, gritó en mitad de la ceremonia: "No más muertes a traición".
Seis sacerdotes
El acto fue oficiado por seis sacerdotes y estuvieron presentes, entre otros, José Barrionuevo, ministro del Interior; Antonio Hernández Gil, presidente del Consejo General del Poder Judicial; Rafael Vera, subsecretario del Interior; el te niente general José Antonio Sáenz de Santamaría, director general de la Guardia Civil; el general Félix Alcalá-Galiano, inspector de la Policía Nacional, Joaquín RuizGiménez, defensor del pueblo, y Joaquín Leguina, presidente de la Comunidad de Madrid.Terminado el funeral, los restos mortales de los guardias civiles Juan Mateos Pulido y Alberto Amancio Alonso fueron trasladados al cementerio madrileño de la Almudena.
El cadáver de Juan Carlos González Rentero fue trasladado en un furgón militar, precedido de un vehículo de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, a Salamanca, donde fue enterrado. Los restos de Juan Catón Vázquez fueron enterrados en Palencia. El quinto fallecido en el atentado, Vicente Javier Domínguez, será incinerado el próximo lunes por deseos de la familia, según informaron fuentes de la Guardia Civil.
Los cuatro heridos graves en el atentado -los leves fueron dados de alta el mismo viernes- continuaban ayer internados en el hospital Provincial, en la clínica Ruber y en la Cruz Roja. De esto cuatro miembros de la Guardia Civil, José de Pablo continúa en estado "muy grave" y permanee en una unidad de cuidados intensi vos (UCI). De Pablo sufre lesiones pulmonares producidas por la metralla.
Mejoría de un herido
Juan Carlos Acosta y Juan José Esteban evolucionan favorablemente, aunque el pronóstico se mantiene "grave". También se encuentran ingresados en unidades de cuidados intensivos. José Faucha -conductor del convoy- mejora sensiblemente de sus heridas y su estado es "satisfactorio".Por otro lado, fuentes oficiales de la Guardia Civil desmintieron ayer que se impidiera el viernes la entrada de unos 200 policías nacionales y guardias civiles a la capilla ardiente donde se instalaron los cadáveres.
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