Cristóbal Gabarrón

La selección de una obra del pintor español Cristóbal Gabarrón como motivo temático del Año Internacional de la Paz supone una distinción que hasta ahora sólo habían obtenido en nuestro país tres nombres. míticos: Picasso, Dalí y Miró. Cristóbal Gabarrón, de 40 años, nacido en Murcia pero afincado en Valladolid desde siempre, engrosa así una lista de artistas elegidos por las Naciones Unidas, entre los que figuran Alexander Calder, Marc Chagall, Vassarelly y un largo plantel de nombres ilustres.

Gabarrón ha seleccionado ya la obra que será divulgada por todo el mundo durante los próximos meses. Es una figura humana con los brazos extendidos, suspendida en el espacio, planeando por encima de todos los vientos: "A veces sueño con volar", dice el pintor, "y esa imagen de vuelo en absoluta calma es, sobre todo, una imagen de paz total". Gabarrón ha hecho toda una serie de trabajos sobre ese hombre volador, símbolo de la paz. "Soy incapaz de resolver un tema que me diga algo con un solo cuadro. Normalmente, una disculpa temática, inicial, a mí me sugiere multitud de cosas, y mientras más trabajo en ella más variantes me ofrece, hasta que se agota en sí misma". Ha tenido buen cuidado en decir se agota en sí misma no se resuelve, porque, curiosamente, Gabarrón considera que un cuadro "es siempre irremisiblemente un fracaso'.La selección del artista al que la ONU solicita una obra para difundir como tema oficial de un año internacional la realiza una comisión de expertos. Parece que el nombre de Gabarrón fue sugerido a la comisión por Federico Fellini, a quien el pintor español no conoce personalmente, aunque le consta que el director italiano ha visto su obra en EE UU. El encargo de la ONU comporta realizar el sello oficial del Año Internacional de la Paz, varias series de litografías, sobres coleccionables... Todo ello será presentado el 20 de junio en la República Federal de Alemania, y el 24 de octubre, en Nueva York.

Pese a su juventud, es un artista de larga trayectoria internacional. Expone con frecuencia en los centros vitales del comercio de arte mundial en EE UU y en Europa. Confiesa que ha vivido de la pintura desde siempre, incluso en la época en que estaba formándose a través de un largo peregrinaje de escuelas y países.

Viaja con frecuencia, pero su centro vital es Valladolid: "Sencillamente, me he acostumbrado a vivir aquí". Pese a esta fijación, permanece absolutamente al margen de la vida cultural de la ciudad: hace 12 años que no expone entre sus convecinos, no participa en reuniones y carece casi de contactos con otros pintores vallisoletanos. Sencillamente se refugia en sí mismo y pinta, pinta incansablemente. Vive en una especie de palacete (1.200 metros construidos), rodeado de una gran finca con embarcadero privado sobre el río Pisuerga, con la compañía familiar de su mujer y cinco hijos.

La obra de Gabarrón ha evolucionado de un abstracto rabioso a un informalismo en el que se adivinan elementos figurativos concretos. Utiliza una técnica consistente en aplicar los colores sobre el lienzo en capas muy finas, lo que le permite obtener una enorme riqueza de tonos, pero dentro de una limitada paleta de colores. Pinta mucho, pero firma poco. Confiesa que en el fondo pinta sobre lo mismo de siempre, sobre "cuatro o cinco problemas que me han acompañado, que me han apasionado desde que tenía 15 años".