Geografía de la percepción
Los científicos estudian la relación entre los ciudadanos y su espacio urbano
"Para ir a la Gran Vía, me voy a la Castellana y de allí a Cibeles. Sí, ya sé que es más vuelta, pero es que por San Bernardo no me aclaro. Aunque es en línea recta, esa zona la tengo como en blanco en mi mente". Una física especialista en informática llamada Raquel explicaba así por qué pensaba recorrer una distancia dos veces mayor de lo necesario para llegar a su destino en una zona céntrica de Madrid, ciudad en la que había vivido durante muchos años. La percepción subjetiva del espacio que hacía que los antiguos cartógrafos representaran todo tipo de monstruos en las tierras desconocidas nos afecta a todos. También nuestros mapas mentales están llenos de seres terroríficos, zonas en blanco, amenazadores agujeros negros y grandes distorsiones de la realidad.
Si bien este hecho no es un descubrimiento reciente, su estudio científico es relativamente nuevo. Al principio fueron los psicólogos, pero después siguieron los estudios hechos por sociólogos, antropólogos y pedagogos. La geografía, que se interesa por los problemas relacionados con el espacio que nos rodea y por los diversos aspectos de nuestra vida dentro de ese espacio, también ha estudiado la manera subjetiva en que vemos el mundo y cómo ésta afecta nuestro comportamiento espacial.Un estudio de Kevin Lynch, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE UU), sobre la manera en que los habitantes de tres ciudades norteamericanas se orientaban y sobre su grado de comprensión de la estructura de su núcleo urbano, fue uno de los puntos de partida de lo que se ha llamado geografía de la percepción y el comportamiento.
La obra señala que existe una estrecha vinculación entre dichas imágenes mentales y el grado de identificación del hombre con su ciudad. Cuanto más legible sea la estructura urbana, más fácil será la adaptación de la población y más eficaz será su funcionamiento en ese entorno.
Lynch menciona ciertos elementos claves en toda ciudad que ayudan a los habitantes a hacerse una imagen de su estructura. Clasifica estos elementos en cinco grandes grupos, que él llama sendas, nodos, hitos, barrios y bordes. Las sendas son calles, autopistas y otras vías, como el metro y los ferrocarriles. Los nodos son cruces importantes de calles, confluencias de medios de transporte o lugares que la gente usa habitualmente como puntos de referencia para sus citas. Los hitos son monumentos, edificios u otros elementos claramente identificables, con significado e identidad propios. El exterior de un edificio histórico puede servir como hito para la población, pero también puede hacerlo cierto cartel o un árbol concreto.
Unidad del 'barrio'
Los barrios no siempre coinciden con las divisiones administrativas oficiales. Son zonas que suelen percibirse como unidades con características propias. Un borde es cualquier elemento de ruptura que separe dos zonas, dificultando el acceso o la visibilidad. Una muralla o un río actúan como bordes, pero un paso elevado o una avenida dificil de cruzar pueden también ser vistos como barreras o líneas divisorias.La percepción de estos elementos puede ayudar al habitante a orientarse y comprender la estructura de su ciudad. Sin embargo, cuando son confusos y desorientadores, colaboran a crear una imagen caótica y hostil, a deshumanizar la ciudad. Por tanto, Lynch recomienda que el proceso de diseño urbano respete y potencie la legibilidad de dichos elementos claves.
Uno de los aspectos más fascinantes de la geografía de la percepción, es el estudio de los mapas mentales. No sólo Kevin Lynch, sino también muchos otros investigadores usan como uno de sus métodos de trabajo el pedir a los encuestados que hagan de memoria un plano simple del territorio que se estudia (barrio, ciudad, país, etcétera) o que localicen en un mapa mudo diversos puntos importantes.
No se pretende analizar a un individuo, sino encontrar tendencias generales que puedan ayudar a entender la manera en que las personas suelen ver el espacio que les rodea. Esto, a su vez, puede tener una serie de aplicaciones. Puede, por ejemplo, arrojar luz sobre el porqué de muchas decisiones que todos tomamos, aparentemente irracionales y contradictorias: desplazarse varios kilómetros para comprar en una tienda casi idéntica a una que se encuentra a dos minutos de casa, un cambio de domicilio que pasa por alto opciones objetivamente más ventajosas que las escogidas, largos rodeos para llegar a un punto mucho más cercano en línea recta.
'Cerca' del centro
Los mapas mentales reflejan deformaciones de percepción del entorno que pueden ser resultado de factores tales como educación, edad, sexo, clase socioeconómica o ideología. Sin embargo, también se presentan ciertas tendencias generalizadas. Es frecuente que el propio barrio se represente a un tamaño mucho mayor del que en realidad tiene, mientras que los barrios que por desconocidos parecen amenazadores se encogen y se alejan. Es común también acercar desmedidamente el centro de la ciudad al lugar de residencia; la gente tiende a creer que vive cerca del centro, aunque no sea verdad objetivamente.Es evidente que estos conocimientos presentan el peligro de la manipulación. Sin embargo, hay muchos investigadores que buscan maneras de aplicarlos para el bien de la sociedad.
El australiano Reginald Golledge, jefe del departamento de Geografía de la universidad de California en Santa Bárbara, por ejemplo, ha observado que, aunque los subnormales no suelen ser capaces de interpretar un plano corriente, sí pueden reconstruir diversos recorridos a partir de fotografías de lugares.
Entre las consecuencias prácticas que Reginald Golledge sugiere está la posibilidad de diseñar guías de recorridos de las ciudades basadas en fotografías, como alternativa a los planos urbanos convencionales. Esto proporcionaría a los subnormales una mayor libertad de movimiento de la que hasta ahora pueden tener.
Según un estudia que se ha hecho en España, los habitantes de Madrid dijeron sentirse casi en su totalidad identificados con la provincia de Madrid y no con alguna otra región. En ese aspecto, el mapa autonómico actual se corresponde fielmente con el mapa mental de los habitantes de la provincia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.