El Gobierno cerró sus alianzas con la Comunidad y la OTAN
El primer Gobierno socialista español ha logrado -en contra de lo que era de esperar por sus programas y declaraciones cuando estaba en la oposición- cerrar su círculo de alianzas, consiguiendo la entrada en la Comunidad Europea (CE) y consagrando a través de un referéndum -previsto, en principio, para lo contrario- la permanencia en la OTAN.El Gobierno del PSOE empleó la mitad de su tiempo en definir su política exterior. Los cuatro años de su mandato electoral han quedado divididos, por la mitad, en dos períodos: el primero, de ambigüedad calculada, y el segundo, de aplicación del decálogo expuesto por el presidente del Gobierno, Felipe González, en octubre de 1984, en el que el programa electoral se convertía, transformándose, en programa de gobierno.
Uno de los puntos más complicados del decálogo se ha cumplido apenas tres meses antes de las nuevas elecciones, logrando la permanencia en la OTAN. Sin embargo, es casi imposible que, antes de que los españoles acudan en junio a las urnas para elegir nuevo Parlamento, se logre un compromiso con Estados Unidos para reducir su presencia militar en España y se cumpla así otro de los puntos más ambiciosos del decálogo.
Justo en vísperas de la campaña electoral, el ministro de Asuntos Exteriores Francisco Fernández Ordóñez, se encontrará en Washington con su homólogo, George Shultz, para establecer un calendario de negociaciones. La diplomacia española confia en obtener, antes de agosto, un compromiso, pero no antes de las elecciones.
El Gobierno que salga de las urnas el próximo mes de junio herederá, aparte de éste, otros problemas pendientes de la política exterior española, como las conversaciones sobre Gibraltar, fiadas a largo plazo. Establecido un nuevo marco de relaciones con Francia, quedan por romperlas suspicacias con Portugal y cuidar la política con el Magreb, amenazada siempre por la reivindicación de Marruecos sobre Ceuta y Melilla.
Las relaciones con Latinoamérica -tema favorito de González.- han ido perdiendo peso en la política exterior española en los últimos cuatro años. Uno de los efectos indirectos del adelanto de elecciones ha sido, precisamente, el nuevo aplazamiento sufrido por la visita del presidente a Cuba, Ecuador y Perú, anialada el pasado año tras la crisis de Gobierno. La URSS será, previsiblemente, el último país que González visite en esta legislatura. Para la próxima quedará también el intento de intensificar el diálogo con los países del Este de Europa.
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