Juan Carlos I
y el presidente del Gobierno, Felipe González, hacen buena publicidad de los puros canarios entre sus invitados. González, que nunca ha ocultado sus preferencias por el cigarro cubano, al que le aficionó Fidel Castro, fumador arrepentido hoy, encarga mensualmente unas 100 unidades a la empresa de las islas Cigarcanarias, que fabrica también varias cajas de sus mejores labores para don Juan Carlos. En la Zarzuela y en la Moncloa se saborean actualmente los conocidos puros Peñamil de Canarias, cuyas anillas son impresas especialmente en la Casa de la Moneda de Madrid con la firma del Rey y el escudo de España para uso de los dos mandatarios, respectivamente.
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