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Temor en Viena al resurgumiento del antisemitismo

El conflicto suscitado en Austria en torno al supuesto pasado nazi del candidato conservador a la presidencia de la República de Austria, Kurt Waldheim, tiene ya muy graves consecuencias para la pequeña comunidad judía vienesa, que desde hace semanas vive atemorizada ante el resurgir de los sentimientos antisemitas de sectores de la población austriaca. La sede de la comunidad judía de Viena recibe diariamente llamadas anónimas que vierten insultos antisemitas y amenazas, según manifiesta Leon Zelman, responsable de la organización Jewish Welcome Service, en Viena.Zelman, destacado representante de la comunidad y uno de los hombres que más ha trabajado en favor de una normalización de las relaciones entre judíos y austriacos tras el trauma del nacional-socialismo y el holocausto, asegura que el caso Waldheim ha destruido ya toda una labor de decenios de una comunidad que se había impuesto el deber de demostrar que es posible ser judío y vivir en Viena.

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La capital austriaca fue uno de los centros del antisemitismo durante el nacionalsocialismo y de la populosa comunidad judía de entreguerras no sobrevivieron en los campos de exterminio más que unos pocos miles de judíos vieneses. Zelman dice que, para él, todo el conflicto en torno a Waldheim y las actitudes mostradas por el ex secretario general de la ONU y los dirigentes del partido cristianodemócrata, que presenta su candidatura, demuestran el fracaso de los esfuerzos de reconciliación. Para él, señala, el, escándalo Waldheim y la reacción de sectores austríacos se ha convertido en una "tragedia personal", ya que todos los esfuerzos por recuperar Viena para el mundo judío y demostrar a los judíos en el exterior que las relaciones con los austríacos habían cambiado, tarea a la que ha dedicado los últimos 40 años, han fracasado. "Se han hundido todas mis ilusiones", confiesa.

Zelman ha sido durante años el artífice de numerosas iniciativas encaminadas a imponer el cambio de imagen de Viena ante los judíos en el exterior que siguen recordando a la capital austriaca como uno de los baluartes del antisemitismo tras la anexión de Austria al III Reich.

Desilusión y culpabilidad

Zelman, que, en su conversación con EL PAÍS, manifiesta estar muy preocupado y deprimido, revela su intención de dimitir de su cargo como director de la agencia judía, ya que, tras los hechos recientes, se considera incapaz de servir de intermediario entre Austria y el mundo judío: "Tras la actitud mostrada por este país en relación con Waldheim, no tiene sentido que yo continúe haciendo esfuerzos por la reconciliación. Se ha desmoronado la ilusión necesaria para vivir aquí y compensar el sentimiento de culpabilidad que tenemos hacia los que no sobrevivieron al holocausto".El dirigente judío criticó duramente a Waldheim por querer hacer una "absolución generalizada" de todos aquéllos que, en su mala conciencia por sus actividades durante el nacionalsocialismo, recurren a la tesis de que "cumplieron con su deber, fueron obligados y obedecían órdenes".

La nueva propaganda electoral a favor de Waldheim, en la que se pide el voto para este candidato "precisamente ahora" y para hacer frente a una supuesta campaña judía, es muy preocupante para la comunidad judía. Según Zelman, entre los judíos vieneses repugna la posibilidad de que Waldheim sea elegido como máximo representante del Estado. "Yo no podría sentarme en una mesa con él. Waldheim no tuvo inconveniente en integrarse en una asociación nazi y, aunque sólo fuera para montar a caballo, como dice, muchos otros fueron a la resistencia o a los campos de concentración". Sean o no ciertas otras acusaciones más graves, "Waldheim ha demostrado ser un oportunista y no tener la integridad moral y el carácter que requiere el cargo de jefe de Estado".

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