Del chuzo al 'spray'
Los cuerpos de Serenos de Comercio y, Vecindad desaparecieron por una disposición del Consejo de Ministros del 4 de abril de 1974. Las razones fueron principalmente de orden laboral: sus miembros no estaban integrados en la Seguridad Social y eran pagados voluntariamente por los vecinos.
Pero fue el 15 de marzo de 1976 cuando, en forma que entonces se creía definitiva, los tradicionales serenos de chuzo y guardapolvos dejaban paso a un nuevo tipo de vigilantes cuya labor dependía directamente de los Ayuntamientos.La mayoría de los 1.260 serenos que se regían por el antiguo reglamento de 1955 se integraron en la Policía Municipal como vigilantes e incorporaron a su nuevo uniforme un arma reglamentaria. Un posterior decreto del Ministerio del Interior de 5 noviembre de 1977 ordenaba la implantación de un servicio de vigilantes en poblaciones superiores a 100.000 habitantes.
A partir de ese momento, y hasta la aprobación de la Ordenanza Municipal sobre Vigilantes Nocturnos, en octubre del año siguiente, una encendida polémica sobre la conveniencia o no de que los nuevos vigilantes portaran armas fue retrasando su aparición en las calles.
En agosto de 1979, José Barrionuevo, entonces responsable del área de Seguridad del Ayuntamiento, anunció la implantación de "un nuevo tipo de serenos" para finales de año. Y finalmente, el 23 de diciembre de 1979, volvieron los serenos: un total de 360 hombres con un nuevo uniforme y armados con una porra, cifra que posteriormente se fue diluyendo por jubilaciones y otros motivos. Seis años después se volvió a reabrir el tema y el próximo 7 de abril aparecerán en el distrito Centro armados con un spray
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
