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Tribuna:EL TRANSPORTE BAJO TIERRA
Tribuna
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El Metro, ante una nueva etapa

Las acciones de la Compañía Metropolitano de Madrid han pasado a ser propiedad del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid 71 años después de su fundación. El autor de este artículo recuerda la grave situación financiera por la que ha atravesado el Metro y afirma que con su nueva situación legal podrán coordinarse mejor los medios de transporte, "tantos años dándose la espalda unos a otros".

El 24 de marzo de 1986 se ha firmado el traspaso de las acciones de la Compañía Metropolitano de Madrid al Ayuntamiento y a la Comunidad. Para poder valorar en su justa medida lo que este acto representa, hagamos un poco de historia:La Compañía Metropolitano de Madrid se fundó en el año 1917. Hasta la guerra civil operó con libertad de tarifas, pero corriendo a su cargo todas las inversiones del ferrocarril. Posteriormente sus tarifas se congelaron, aprobándose sus sucesivas modificaciones por la Administración central. La grave descapitalización que esto supuso a la compañía obligó a que, por Ley de 12 de mayo de 1956, pasara a competencia del Estado la construcción de las infraestructuras de las líneas.

Durante esos años el ritmo de construcción de nuevas líneas fue lento. La grave situación financiera de la compañía conduce a descuidar el mantenimiento de las estaciones y del material móvil, lo que, unido a su antigüedad, desemboca en una sucesión ininterrumpida de accidentes, lo que obliga a que el Estado, por Real Decreto Ley de 7 de junio de 1978, intervenga la compañía a través de un Consejo de Intervención que gestiona y explota el servicio público, dependiendo directamente del Ministerio de Transportes y Comunicaciones.

Finalmente, el 8 de noviembre de 1979 se promulga la ley del Ferrocarril Metropolitano de Madrid, por la que son expropiadas las acciones de la compañía, siendo los beneficiarios de esta expropiación el Ayuntamiento de Madrid y la Diputación Provincial en un 75% y un 25%, respectivamente. Sin embargo, para poder ser traspasada la empresa a los beneficiarios era preciso dar solución previamente a los problemas financieros y económicos pendientes.

Así, mientras que en 1976 existía un déficit de 75 millones de pesetas, en 1979 ascendía a unos 3.000 millones, pasando en ese mismo período la red de 56 a 66 kilómetros de longitud, lo que no impedía la tendencia imparable del descenso anual de viajeros, de casi 460 millones en 1976 a 385 millones en 1979.

Durante el mandato de UCD estas cifras se incrementaron. Las sucesivas inauguraciones de nuevos tramos, según el Plan de Ampliación del Metro de Madrid de 1974, unido a la escasa demanda de viajes en las líneas nuevas, hizo que, habiendo pasado la red de 73 kilómetros en 1980 a 86 kilómetros en 1982, descendiera el número de viajeros en ese período en más de 40 millones y el déficit pasara de 4.700 a 6.700 millones de pesetas.

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Con la llegada al poder del Gobierno socialista, en octubre de 1982, se modificaron profundamente los objetivos del Consejo de Intervención. En primer lugar, se paralizó la contratación de nuevos tramos del Plan de Ampliación, poniendo en servicio únicamente los ya construidos. En segundo lugar, se prestó una atención prioritaria a la rehabilitación de la red antigua, con un plan ambicioso de reforma de estaciones. En tercer lugar, el remozamiento del material móvil con la nueva serie 2.000, así como la progresiva automatización en la conducción; por último, insertar el metro en la ciudad, mejorando su imagen de servicio público, haciéndole sede de actividades complementarias al servicio del transporte.

Mucho se ha hecho, pues, en estos últimos años. La pérdida de viajeros ha continuado, aunque a ritmo más lento. La cobertura del déficit de explotación se incluye a partir de 1984 en los Presupuestos Generales del Estado, lo que agiliza los flujos monetarios aliviando la carga financiera. No obstante, y para poderse transferir la compañía, se puso en marcha un contrato-programa por cuatro años, con el que se pondrá fin a una situación transitoria que se ha prolongado durante seis años.

Necesidades de transporte

La entrega de la Compañía Metropolitano por parte del Ministerio de Transportes a sus dueños, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, supone un paso más hacia el cumplimiento del programa electoral de acercar la gestión a los órganos representativos más cercanos al ciudadano, lo que sin duda contribuirá a un mejor conocimiento de las necesidades de transporte de los habitantes de esta comunidad. Asimismo, esta culminación del proceso de transferencia pone en marcha el mecanismo de la coordinación del transporte en el ámbito de la Comunidad de Madrid: el Consorcio Regional de Transportes.En efecto, no basta la política de ordenación de uso de vehículo privado a través del plan de aparcamiento para residentes, la ORA, la recuperación de espacios para viandantes, etcétera. Es preciso ir más allá, a través de la coordinación del tren de cercanías, de los autobuses suburbanos, del Metro y la EMT, tantos años dándose la espalda unos a otros, cuando no disputándose al viajero.

Es preciso emprender el camino de las otras grandes capitales millonarias europeas y americanas en las que el metro es el principal medio de transporte en el corazón de la ciudad y los otros medios se articulan con él a través de los intercambiadores. Éstos y el pase multimodal de periodicidad mensual son las dos principales armas con las que cuenta el Consorcio Regional de Transportes para dar un vuelco espectacular en la oferta y uso del transporte público en nuestra comunidad.

Emilio García Horcajo es primer teniente de alcalde y concejal delegado de Seguridad, Circulación y Transportes del Ayuntamiento de Madrid.

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