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Al son de la serenata que toca el oro negro

Los mercados de valores dan la impresión estos días de adecuar sus evoluciones a los sones que tocan las conversaciones entre los países exportadores de petróleo. En la sesión de ayer tocaba festejar las dificultades por las que atraviesa la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a la hora de llegar a una estrategia común, por lo que los bolsistas parecen considerar que los crudos se mantendrán durante una larga temporada en precios bajos y que los caminos de salida a la crisis quedan francos.Las tensiones existentes en el golfo de Sidra entre libios y norteamericanos se ignoraron por el momento, con absoluto desprecio en los patios de operaciones, en los que parecen primar con diferencia los factores internos a los mercados más que los condicionantes externos, siempre y cuando éstos no se circunscriban al entorno económico.

No obstante, la irregularidad ha sido la constante entre los diferentes grupos de valores, entre los que se ha establecido una línea divisoria que separa con claridad los títulos clásicos de los valores de segunda fila. Los primeros, además de acaparar el 70%. de la contratación diaria, mantienen viva la llama de la demanda o, como mal menor, se limitan a barrer las ventas presentes en sus corros. Por el contrario, los sectores industriales y de sevicios alternan una de cal con otra de arena, sin solución de continuidad. En especial los valores que habían atravesado recientemente la sutil frontera de las sobrecompras, siguieron purgando sus precios y, en algunos casos, con cierta profundidad.

Una vez vencidos los temores surgidos en el primer corro de peso en celebrarse, el de Hidrola, los siguientes valores en operar se decantaron con mayor firmeza hacia las compras, que alcanzaron su relieve más notorio en los casos de las eléctricas, Iberduero, Sevillana y Unión. No obstante, como algunos de estos títulos arrastraban posición de papel sin operaciones de la sesión anterior, vieron cómo su avance se moderaba sensiblemente.

Las acciones bancarias volvieron al predominio del dinero. En la caja de los siete grandes el saldo era comprador por más de 814.000 títulos, fruto de la diferencia existente entre los poco más de 849.000 que había a la compra sin contrapartida de oferta y los 34.000 que sumaron las posiciones vendedoras. Sólo el Popular cedió enteros, mientras los restantes o repetían cambio o señalaban aumentos entre 12 y 20 enteros.

Telefónica, que en la reunión anterior registró transacciones por, más de 1.000 millones de pesetas efectivas, subió, con cambio único, prácticamente a mitad de lo perdido la víspera.

Los volúmenes de contratación parecen mantenerse con fidelidad digna de elogio por encima de los 10.000 millones por sesión, sólo en acciones, aunque las posturas tomadas a crédito han acusado una seria disminución desde que las coberturas iniciales exigidas subieron del 25% al 35%. En los corros de pagarés del Tesoro la actividad se mantiene muy estable, con algo más de 6.000 millones en la modalidad de pacto de recompra a una semana y con unos tipos practicados que bascularon entre el 9,50% y el 11,125%.

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