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ELECCIONES LEGISLATIVAS EN FRANCIA

Roland Topor: "Lo peor de los socialistas es que han querido moralizar la cultura"

En los escaparates de las librerías resalta El par de senos más bellos del mundo, el último libro de Roland Topor, y en la galería de Bellas Artes se expone la primera retrospectiva de este pintor, caricaturista, cineasta, humorista, enamorado de Ramón Gómez de la Serna y fundador, en los años sesenta, con Arrabal, del llamado movimiento pánico.

Si hubiese que definir a Topor cuando apenas rebasa los 40 años, podría decirse que es el André Breton de las vísperas del año 2000, pero que ni se llama André ni se apellida Breton. Es un pánico superrealista quien habla de la cultura del quinquenio socialistaPregunta. ¿Qué han dado de sí cinco años de cultura socialista?

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Respuesta. Es poco tiempo; Jacques Lang, el ministro del ramo, sí que le ha dado una plaza a la cultura. Pero sobre esta cuestión yo diría que cuando se habla de política -la que fuere- se acaba siempre en la moral. Todo es moral para los políticos; y si hay dos palabras antinómicas, son política y cultura. Y no debían serlo, porque la política tenía que ser la aplicación del principio cultural en la organización de la vida en común. Todo esto viene de lejos; cinco años no es nada, aunque: se ha fomentado algo que a mí me gusta, como el cosmopolitismo, abriéndose a creadores internacionales.

P. Otra cosa...

R. No, por favor, todo lo anterior a la postre se puede reemplazar por una expresión simple: usted habla de cultura de los socialistas, y yo, la verdad, es que no sé lo que quiere decir la palabra socialismo. En lo que yo creo, en Francia, es en la renovación de los hombres, porqué incluso los socialistas que se dicen tan morales pues no son tan morales, ni mucho menos; imagine usted un instante que Giscard d'Estaing hubiese acogido en Francia a Duvalier...

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P. Parece que no está muy de acuerdo con lo que dice...

R. No sé; ocurre que no llego a creer en la coherencia; todo en la vida es mucho más cuestión de pragmatismo; además, los políticos raramente tienen visiones a largo plazo. Sólo el Ejército y la cultura son capaces de ver lejos, ja, ja, ja.

P. Veamos; los socialistas, además de gastar más dinero en teatro, cine y en otros sectores paralelos, ¿puede decirse que han esbozado otra noción de la cultura, algo, que responda a esa ambición que dice la cultura es la vida?

R. El canal de Berlusconi, ja,ja, ja. Pero, por favor, hay que decir que yo no haría más que lo que han hecho ellos en el Ministerio de la Cultura.

P. ¿Sirve para algo dicho ministerio?

R. Sí, para apoyo cierto tipo de empresas culturales. En este instante se me ocurre una cosa simple: ¿cuántas personas de la CEE conocen a sólo dos escritores importantes, vivos, de países que no sean el suyo? Por eso hablaba yo de lo necesario que es el cosmopolitismo y el intercambio cultural.

P. A propósito, ¿qué es la cultura?

R. No sé si hay una definición de la cultura. De todos modos, lo peor de los socialistas es que han querido moralizar la cultura, y el arte y la moral no hacen pareja; la vida también es inmoral; el pánico aún no ha sido superado.

P. ¿Qué le parecen esos llamamientos de intelectuales para que Lang siga de ministro?

R. ¿Y qué es un intelectual?, es lo que yo me pregunto. Por lo demas, parece que hay que escoger un campo, palabra ambigua; yo prefiero estar fuera del campo, aunque a veces hay que tomar partido cuando se trata, por ejemplo, de los problemas del racismo. Lo que habría que decir es que el deber de un intelectual consistiría en defender la cohabitación de la confusión democrática y en resistir a todas las tentaciones que señalan a los otros como tontos, o buenos, o malos; naturalmente, margino a todos los fanatismos extremistas.

P. ¿Qué le parece Mitterrand como presidente?

R. Es un animal político, un profesional; y yo prefiero los profesionales a los aficionados.

P. ¿Y qué dice de los socialistas, y de la televisión?

R. Lo único que digo es que Giscard perdió la presidencia con la televisión en su bolsillo, y a los socialistas les va a ocurrir igual, probablemente.

P. ¿Cuál sería su utopía cultural?

R. La alternancia política automática; quiero decir que la alternancia tendría que repetirse con frecuencia.

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