Patrick Bauchau
De Dalí a la industria del cine, pasando por el 'underground'
Hijo del poeta belga Henri Bauchau, nieto por parte de madre de un general zarista, casado con la hermana de Brigitte Bardot, animador del movimiento underground neoyorquino en los sesenta, colaborador ocasional de Dalí en los setenta, Patrick Bauchau es a sus 47 años, sin duda, un tipo sorprendente. En los últimos 12 meses ha participado en seis películas, entre ellas Consejo de familia, de Costa-Gavras. En cartel están dos filmes en los que interviene: Choose me (Elígeme), de Alan Rudolph, y Lola, de Bigas Luna.
La madre de Bauchau asistió de niña al asesinato de su familia en la Rusia revolucionaria. Un militar fiel al zar Nicolás II la adoptó y fueron a vivir a Finlandia. En la capilla de su mansión el hombre se dedicaba a hablar con el cadáver embalsamado de su mujer que se encontraba en una urna.Los parientes de la niña sospecharon que no era un ambiente adecuado para ella y la enviaron a Bélgica. Allí llegó en verano y no tuvo problemas, pero en invierno enfermó del "mal de la nieve", según dice Bauchau, y cada poco huía buscando los paisajes blancos del Norte. "Toda su vida fue una mujer desplazada", añade su hijo.
Patrick Bauchau esconde tras su cara de boxeador y su metro noventa de estatura al estudiante de Oxford que fue, al especialista de cine norteamericano y al colaborador en revistas de cine de EE UU, durante una etapa neoyorquina, en 1962, que ahora recuerda con nostalgia.
"Fue un tiempo delicioso de mi vida", dice. "Veía muchas películas, fumaba porros y discutía teoría cinematográfica con gente como Peter Bogdanovich, los de la revista Village Voice y los creadores del film-factory, cercanos a Andy Warhol". Bauchau confirmó en esa época su admiración por Lubitsch, Hitchcock, Hawks y otras grandes glorias del cine.
A Fritz Lang, al que conoció, lo considera su "director secreto". "Era un demonio", dice, "amargado por el fin oscuro de su vida, experto en enfrentar a la gente en los juegos de la noche. Pero nadie llega a su altura como cineasta; es un ejemplo de que el arte y la persona poco tienen que ver".
Antes de ir a Nueva York Bauchau conoció a Eric Rolimer, cuando el futuro cineasta era redactor jefe de la revista Cahiers du Cinéma. Rolimer le pidió luego que interpretase su filme La coleccionista. Tras volver de EE UU, se casó con la hermana de Brigitte Bardot, actriz ésta a la que considera "encarcelada en su mito". "Brigitte siempre tuvo un espíritu militar", afirma, "que funcionaba bien en condiciones de guerra. Al retirarse, la abandonó ese espíritu y se ensombreció".
El ritmo trepidante de los rodajes hizo perder el equilibrio a Bauchau cuando ya había cumplido los 30 años. Quiso poner el cerebro al servicio de las manos y aprendió a coser y a diseñar vestuarios superrealistas. Dalí le hizo encargos de figuras de animales, "nial pagados", dice tímidamente. Después de ese período volvió al cine y, en ello sigue.
Patrick Bauchau, a quien ahora le obsesiona "la fase positiva de la muerte, que es el amor", habla de su vida pública y privada en unas dosis que serían adecuadas a una supuesta receta de la elegancia. Una vez sintió deseos de morir, y pone el ejemplo de un dentista "que te arranca una muela enferma y entonces descubres que tiene raíces y te gustaría que se quedase ahí para siempre". Pensando en las raíces se sobrepuso.
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