Anthony Gooch
Un hispanista británico se asombra de la influencia del inglés entre los políticos españoles
Anthony Gooch, catedrático de la prestigiosa London School of Economics, de Londres, ha dedicado los últimos 10 años de su trabajo a estudiar el lenguaje que utilizan los políticos españoles en sus intervenciones públicas. La influencia del inglés es uno de los principales caballos de batalla del profesor, quien asegura que "con la democracia se ha enriquecido el lenguaje político, puesto que en el régimen anterior se utilizaban siempre los mismos conceptos (nacional, patria, España, etcétera), y así se empobrece la lengua".
Anthony Gooch cree que los políticos de la derecha española son más impermeables a los anglicismos que los de la izquierda. Gooch señala, por ejemplo, que en cierta ocasión un conocido político utilizó reiteradamente la palabra showdown en su discurso. "Pues bien", explica, "en castellano tenía 11 términos vigentes sinónimos de este showdown".El profesor Gooch es miembro de la Asociación Internacional de Hispanistas y dirige el Departamento de Estudios Hispánicos de la London School of Economics and Political Science -donde estudiaron varios de los actuales ministros españoles-, está casado con una española y en los últimos 10 años ha centrado su atención en la verborrea de los políticos españoles.
Tomó contacto por primera vez con la lengua castellana en 1943, cuando vivía en Edimburgo. "Todo empezó un poco por casualidad; mi profesor de latín me sugirió estudiar alguna lengua viva, y como la mayoría estudiaban francés yo me decidí por el castellano". Después en la Universidad vi que había un campo abierto para investigar, y continué hasta hoy", comenta el profesor, que de cuando en cuando utiliza términos poco frecuentes como dédalo, harto palmario o huelga decir.
A su juicio, el influjo del inglés es una de las características que definen hoy a los políticos españoles: "Los hay que lo hacen por esnobismo, porque es lo que está de moda, y los hay que lo hacen por aval democrático. El inglés hoy tiene el sello británico y el poder norteamericano. Los políticos españoles se sienten avalados por ambas cosas".
Gcioch puede estar disertando 20 minutos seguidos sobre por qué se usa más influir que difenciar e influencia que influjo. Ante la minuciosidad de sus análisis pregunto cautelosamente si la influencia o influjo de la lengua inglesa puede deteriorar la legitimidad del castellano y de otras lenguas europeas. Su respuesta es contundente: "No, deteriorarlas no, pero pronto toda Europa hablará inglés y español. Estos días, por ejemplo, hay una cumbre de países francófonos en la que Mitterrand advierte de los peligros que corre el francés. Nada. Es como predicar en el desierto. Giscard d'Estaing y Helmutt Schmidt cuando se encontraban ya hablaban en inglés".
Anthogy Gooch considera que los políticos españoles hablan bastante mal, y también los medios de comunicación suelen expresarse incorrectamente, y tiene opiniones particulares sobre algunos hombres públicos: "Felipe González habla para la plebe; le he oído utilizar la palabra constatar erróneamente; Fraga es muy culto; se le notan los números uno en las oposiciones; José María de Areilza escribe bien, pero no tiene carísma político; siento no haber leído todos los bandos de Tierno Galván, pero recordaré siempre una frase que dijo aquí hace muchos años: "En España importamos muchos factores democráticos, pero los consumirnos totalitariarnente".
Al parecer de Gooch, "España es un país franco, y no como aquí, que la hipocresía está institucionalizada". Uno de los anglicismos utilizados por los políticos españoles que más le han chocado, a este profesor, es "la tarta / el pastel nacional". Sobre su uso dice: "Ni que decir tiene que en un país en el cual siempre se ha hablado infinitamente más de lentejas y garbanzos que de tartas y pasteles, resulta primero chocante y después significativo quede pronto aparezca semejante frase (the national cake)".
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