Preocupación y expectativa en Israel ante los desórdenes
El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, general Moshe Levy, declaró ayer que Israel ha adoptado una actitud de expectativa a propósito de los disturbios en Egipto. "Debemos esperar y ver lo que va a pasar para saber si los acontecimientos van a afectarnos", indicó el general Levy, agregando que "no hay relación entre lo que pasa en Egipto y las posiciones tomadas por Israel para garantizar su seguridad".Por otro lado, medios gubernamentales israelíes manifestaron ayer su preocupación por los efectos que la sublevación de la policía paramilitar egipcia puede tener en los acuerdos de paz firmados entre Egipto e Israel. Según la radio nacional de Jerusalén, el primer ministro israelí, Simón Peres, recibió hace un tiempo informes altamente reservados del Gobierno norteamericano sobre el deterioro de la estabilidad interna en Egipto a causa de la dificilísima situación económica. De otro lado, la preocupación israelí se orienta especialmente hacia la posibilidad de que haya habido una instigación integrista islámica en los sucesos.
En los últimos meses, la Oposición de Izquierdas y la Hermandad Musulmana, ésta última organización de carácter integrista, han exigido la revocación del tratado de paz que su antecesor, el asesinado Anuar el Sadat, firmó con el entonces primer ministro israelí, Menájem Beguin.
Mubarak se negó recientemente a dialogar personalmente con el primer ministro Simón Peres, pero ambos líderes decidieron propiciar un mejor clima en las relaciones bilaterales, enfriadas desde la invasión israelí de Líbano, en 1982. "Si se rompe la paz con Egipto, por muchas generaciones Próximo Oriente no conocerá la paz", afirmó Peres ante sus enemigos políticos que le critican por "la falta de dignidad" en su "búsqueda de una reunión cumbre con Mubarak".
Por su parte, el Gobierno norteamericano restó importancia ayer a los desórdenes. El portavoz del Departamento de Estado, Bernard Kalb, señaló que "Estados Unidos tiene plena confianza en que el Gobierno de Mubarak es capaz de controlar la situación". Kalb agregó que "no hay ninguna indicación de que los incidentes tengan carácter antinorteamericano o antioccidental".
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