Oda a Iberia

No es de extrañar que los señores de la Orquesta Filarmónica de Londres hiciesen uso de sus instrumentos e iniciasen una oda a Iberia con el tan vapuleado Viva España. La cosa no era para menos..Todo empezó el viernes, en el vuelo Madrid-Sevilla IB 321, que debía salir a las 9.40 y que salió a las cuatro de la tarde, y en el cual debía viajar la ilustre orquesta. Desde las nueve de la mañana empezaron a anunciar retrasos por mal tiempo, dando partes informativos cada hora. Los aviones no podían aterrizar, ya que el aeropuerto de Sevilla estaba cerrado.

Nos dieron de comer unas chuletas de Sajonia que, desgraciadamente, habían olvidado descongelar, por lo que, a pesar de la salsa viscosa e insípida que les pusieron encima, resultaron totalmente incomestibles.

Por fin, a las 16.45 llegamos a Sevilla y, oh, milagro, todos los otros aviones habían aterrizado ya. La borrasca sólo duró un rato por la mañana y después, el retraso, nadie supo explicarlo.

La vuelta, el sábado, fue igual de apoteósica. El vuelo IB 320 debía despegar de Sevilla a las 11.20, pero no llegaba de Madrid. El despegue se hizo a la una de la tarde. Ninguna explicación fue dada. Sólo el comentario de un responsable de Iberia que dijo que "hacían con los aviones lo que les daba la gana", y que por eso no venían.

Pero ahí no acaba todo. Al llegar a Madrid, nos comunica el comandante que no podemos aterrizar y que volaremos en círculo sobre Madrid durante algún tiempo; ese algún tiempo fue 45 minutos. Tomamos tierra a las 14.30.

Anunciaron entonces que los pasajeros en tránsito hacia Valencia se quedasen dentro del avión y así lo hicieron los simpáticos músicos de la Filarmónica de Londres, que, en plan vacile, iban haciendo apuestas de la posible hora de llegada a Valencia. Por lo que he leído y oído, les tuvieron en el avión, sin ninguna otra explicación, hasta las cuatro de la tarde, hora en que despegó el avión. Seamos sinceros: ¿No hubieran ustedes tocado la trompetilla a Iberia en tales circunstancias?-