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Jacobo Zarco Delgado

Joven de 14 años, un derecho de retención le impide jugar al baloncesto

Luis Gómez

Jacobo Zarco Delgado, de 14 años, no puede participar en competiciones de baloncesto porque está retenido. Le afecta una norma que parecía exclusiva de los deportistas profesionales. El club del colegio Santa María del Pilar solicita una compensación de 70.000 pesetas para dejarle en libertad. Su caso ha llegado hasta el Defensor del Pueblo, quien ha solicitado información al Consejo Superior de Deportes (CSD) de las causas por las que ha aprobado estatutos y reglamentos que permiten situaciones de este tipo.

Jacobo Zarco jugaba en el club del colegio donde estudia, una situación aparentemente normal si no fuera porque comenzó a destacar como el mejor. Ahora estudia 1º de BUP y destaca en inglés, lengua y matemáticas, aunque su media general es de notable. Empezó a jugar a los 10 años al minibásquet por una razón fundamental, como casi todas las que afectan a los que llegan al baloncesto: era de los más altos de clase. Tiene unas estrellas de difícil emulación: "Me gustaría ser como Magic Johnson, pero me parece más fácil llegar a parecerme a Drazen Petrovic".Su progresión, de minibásquet a cadete, hizo pensar a su padre, Pablo Zarco, en la conveniencia de que jugara en algún club que prestara más dedicación y mejores entrenadores al baloncesto. Ese club, por cercanía geográfica con su domicilio, era el Canoe. Pero esa decisión se ha encontrado con un escrito que lo impide, del Comité de Competición de la Federación Madrileña de Baloncesto, por el que obliga al Canoe a compensar con 70.000 pesetas al Colegio Santa María del Pilar.

La cifra se obtenía mediante una serie de índices, según un baremo establecido por la citada Federación. A partir de entonces, su padre inició un largo proceso de reclamaciones, que no han dado resultado, ante las instancias federativas.

El caso ha llegado hasta el Defensor del Pueblo, porque existe constancia de que el derecho de compensación por formación, como se denomina lo que parece un derecho de retención encubierto, ha podido afectar a otros deportistas de similar edad. Así, desde noviembre de 1985 hasta ahora, Jacobo Zarco no puede jugar al baloncesto.

Existe solo una solución, práctica pero dura, para eludir la norma: que este joven de 14 años, 1,83 metros de altura, buen estudiante y aspirante a ser el Petrovic español, esté un año sin jugar para poder recuperar su libertad.

Jacobo está pasando este año en blanco, entrenándose cada tarde con el equipo cadete del Canoe, cuyo entrenador es Jorge Osma. Pero el día de los partidos se sienta en la grada, tragándose las ganas de jugar. Dicen que vale para esto del baloncesto, que puede llegar a ser un buen base, aunque ahora juegue de escolta.

Jacobo conoce la situación actual del baloncesto, sabe que puede empezar a ganar dinero y muy pronto: "Cuando lo vea decidiré, porque no me gustaría jugar en un equipo como el Real Madrid, por ejemplo, si no sé que puedo hacerlo". Tiene pocos proyectos inmediatos: "No sé si llegaré a dedicarme a esto, porque tampoco sé lo que elegiré el año que viene para estudiar".

Destacó en minibásquet, acudió a una llamada operación pasarela, en la que se escogieron algunos buenos jugadores para seguir su evolución, pero ahora no juega. Dicen los técnicos que un año en paro para un joven de 14 años puede ser dañino, técnica y moralmente. "Al principio pensé en retirarme, pero ahora prefiero esperar". Hubiera sido la retirada más temprana del deporte español por causas casi profesionales: estar sujeto a un precio y no aceptarlo.

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