El director de la Seguridad del Estado conoció ayer por la Prensa los sabotajes en aviones descubiertos hace 15 días

Julián Sancristóbal, director general de la Seguridad del Estado, declaró ayer a este periódico que no había tenido noticias de los dos casos de sabotaje en aviones de la compañía Iberia hasta leerlo en la Prensa. Las averías provocadas fueron descubiertas los pasados 31 de enero y 4 de febrero en un DC-9 y un Boeing 727 de Iberia, en el hangar número 4 del aeropuerto de Barajas (Madrid). Ambos cubren ya vuelos regulares de la compañía. Por otra parte, el portavoz del Grupo Socialista en el Senado, Juan José Laborda, presentó ayer una pregunta parlamentaria relacionada con el caso.

Julián Sancristóbal, que asistía en Sevilla junto al ministro del Interior, José Barrionuevo, a la presentación de un Plan Especial contra la droga, manifestó a este periódico que las primeras noticias que tuvo de dos supuestos sabotajes en aviones de Iberia le llegaron al leer la edición de ayer de EL PAÍS, informa Javier García.Las investigaciones para determinar la autoría de los hechos corren a cargo de la Guardia Civil, después de la denuncia que presentó la compañía inmediatamente después del primer caso de sabotaje, observado el 31 de enero. Fuentes de la Guardia Civil se limitaron ayer a señalar que "se mantienen abiertas las diligencias, que serán llevadas al Juzgado de Guardia en su día". Por su parte, un portavoz de la Jefatura Superior de Policía precisó que Iberia no ha formulado denuncia alguna en la comisaría de Barajas desde el momento en que se notaron las averías, hace más de dos semanas.

Los técnicos descubrieron en la tarde del pasado 31 de enero cuatro cables seccionados en el dispositivo de señalización del despliegue del tren de aterrizaje del DC-9, con matrícula ECBYL. Cuatro días después se observó un corte en un cable que acciona la válvula de vaciado de combustible en situaciones de emergencia en el Boeing 727, con matrícula EC-CBC.

La compañía Iberia facilitó ayer una nota oficial que insistía en la poca gravedad de las averías provocadas, que "no son determinantes para la normal seguridad de las operaciones de vuelo". Esta opinión es compartida por algunos técnicos de mantenimiento consultados.

Sin embargo, un especialista precisó que la segunda avería sería "preocupante en el caso de un aterrizaje de emergencia, que obliga a soltar combustible como lastre". "Pero estos casos", añadió, "se producen en muy contadas ocasiones".

Personas próximas a la compañía indicaron que la sección de los cables en los dos aviones saboteados presentaba unas muescas que han servido de indicios para las investigaciones, centradas en las herramientas utilizadas por los técnicos de mantenimiento.

"En cualquier caso", señaló un técnico, "quien provocó las averías ' sabía lo que se traía entre manos". "Un profano en la materia", añadió, "habría cortado cualquier cable que podría haber tenido fatales consecuencias".

Salieron de los hangares

Los dos aviones saboteados, según un portavoz de Iberia, fueron sometidos a una nueva revisión y han abandonado ya los hangares. El Boeing 727 lo hizo el pasado 12 de febrero, y ha cubierto vuelos a Tel Aviv (Israel), Lisboa, Ginebra, Bilbao y Sevilla. El DC-9 volvió a volar hace dos días, y cubrió el trayecto Madrid-Bruselas.

Por otra parte, ambos aviones están próximos a rebasar el ecuador de su corta vida. El DC-9 tiene registrados un total de 31.000 ciclos (secuencias de aterrizaje y despegue), mientras que el Boeing 727 lleva contabilizados un total de 28.000 ciclos.

El portavoz del Grupo Socialista en el Senado, Juan José Laborda, presentó ayer ante la Mesa de la Cámara una pregunta, con carácter de urgencia, sobre el sabotaje de los dos aviones. El Gobierno tratará de responder en el próximo pleno del Senado, los días 25 y 26 de febrero.

Juan José Laborda pregunta al Ejecutivo si tenía constancia de los hechos y si ha abierto una investigación al respecto. El senador se interesa también por saber si hay alguna hipótesis sobre la autoría de los hechos y si las manipulaciones descubiertas no revestían grave peligro.

Antonio Hernández, presidente de la Asociación de Técnico de Mantenimiento de Aviones (ASEIMA), que agrupa a gran parte de los cerca de 1.800 técnicos de Iberia, se refirió -ayer a la preocupación general del colectivo laboral y declaró que el sabotaje "debe de ser obra de un incontrolado". Preguntado sobre el móvil del autor de los hechos, respondió: "Ninguna reivindicación laboral justifica utilizar un procedimiento como éste".

Los representantes de UGT y CC OO en el comité de empresa decidieron ayer no hacer declaraciones "para evitar un alarmismo innecesario". Por su parte, la compañía agradeció "el sentido de la responsabilidad de las centrales sindicales".

Fuentes del Sindicato Español de Pilotos de Línea Aéreas (SEPLA) expresaron su sorpresa ante los sabotajes observados, pero reiteraron su confianza en los técnicos de mantenimiento. Representantes del Sindicato de Tripulantes de Cabinas de Pasajeros (STCP), que declararon no haber tenido noticias de los hechos antes del día de ayer, mantuvieron una reunión para debatir su postura.