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LA CAMPAÑA DEL REFERÉNDUM

La doctrina de la Alianza Atlántica incluye el recurso al arma nuclear

Andrés Ortega

Estar en una alianza militar cuya doctrina estratégica básica incluye el recurso al arma nuclear y no aceptar esas armas nucleares puede parecer una contradicción. Pero la situación es más bien, en el caso español, una nebulosa. España, explícitamente antes de la llegada del Gobierno socialista, e implícitamente después, ha aceptado la doctrina de la respuesta flexible de la OTAN, y no ha cerrado totalmente la vía a las armas nucleares.

La doctrina de la respuesta flexible, cuyo documento básico, MC 14/3, lleva las siglas del Comité Militar (al que pertenece España), prevé tres tipos de respuestas ante una agresión: tratar de impedir, con medios convencionales, que el agresor consiga sus objetivos (defensa directa); repeler la agresión haciendo uso de armas nucleares o ampliando la zona de conflicto (escalada deliberada), o usar las armas nucleares estratégicas contra el potencial económico y militar del adversario (respuesta nuclear general). La OTAN nunca ha renunciado a poder ser la primera en recurrir al uso del arma nuclear.

Francia no rechaza el arma nuclear: tiene la suya propia. Pero rechaza la doctrina de la respuesta flexible (aunque últimamente cada vez se acerca más a ella) prefiriendo sus propias represalias masivas proporcionales: De hecho, fue la adopción de la respuesta flexible y el abandono de la doctrina de las represalias masivas una de las razones por las que Francia se salió de la estructura militar de la OTAN. Pero Francia comparte con sus aliados de la OTAN el concepto de la amenaza. ¿Lo comparte España? El Gobierno no ha sido aún muy explícito.

La doctrina estratégica de la OTAN no se elabora en la estructura militar integrada -encargada de ejecutarla-, sino en la estructura militar a secas -en el Comité Militar- y en la estructura civil, fundamentalmente en el Comité de Planes de Defensa, y en el Grupo de Planes Nucleares. España está ya presente en estos dos foros.

En la declaración de la cumbre atlántica de Bonn, en junio de 1982, España, por medio del entonces presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, sugirió la necesidad para la OTAN de mantener "las fuerzas convencionales y nucleares adecuadas para disuadir la agresión y la intimidación". Bajo el Gobierno socialista, España, en diversos foros de la OTAN, ha consensuado -pues si no, se habría opuesto-, la doctrina de la OTAN e incluso nuevas tácticas de batalla. La ratificación del ministro español de Defensa, sin embargo, no se ha producido.

Aceptar la doctrina básica no significa, por ejemplo, aceptar la necesidad de los, euromisiles. Grecia no la ha aceptado. Pero decirle un no absoluto a las armas nucleares es decirle un no a la OTAN. Lord Carrington, secretario general de la Alianza, en La entrevista concedida a EL PAÍS, señalaba, sin embargo, que todo era posible. Pero luego añadía que "es el país implicado el que tiene que decidir si quiere entrar en una alianza que tiene una estrategia de respuesta flexible".

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Puerta abierta

Dinamarca y Noruega no admiten armas nucleares en su territorio en tiempo de paz. Pero no cierran la puerta a esta eventualidad en tiempo de guerra. En España es algo más complicado. El decreto de convocatoria del referéndum señala en su preámbulo que "se mantendrá la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en el territorio español".

Los dos únicos textos de referencia son la declaración desnuclearizadora de las Cortes de octubre de 1981, por la que "cualquier decisión sobre esta materia requerirá la previa autorización de las Cortes generales", y el convenio hispano-norteamericano de 1982 que señalaba que el almacenamiento de armas nucleares "quedará supeditado al acuerdo del Gobierno español". El primero pone la decisión en manos del Parlamento, y el segundo, en las del Gobierno. La declaración de las Cortes de 1981 sobre el ingreso en la OTAN contiene, además, bastantes imprecisiones, como la de referirse a "armas nucleares de la Alianza", aunque ésta, como tal, carece de este tipo de armas, que sí las poseen algunos países que forman parte de ella.

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