Tenerife, el carnaval más largo
El carnaval de Tenerife, que durante 17 días -desde el pasado 31 de enero hasta ayer, domingo- transforma la vida de una ciudad tranquila como Santa Cruz en la gran fiesta desenfrenada que protagonizan decenas de miles de personas, ha vaciado toda su pólvora en hacer una sátira de la permanencia de España en la OTAN o la participación canaria en Europalia y en dejar en evidencia a la flor y nata de la clase política. Este año, con gran ambiente cívico en la calle, ha sido vendido como el carnaval de Europa, frente a quienes reivindican su sello americano.
El Ayuntamiento duplicó el presupuesto para la fiesta, que giró en torno a los 150 millones de pesetas. El pasado año, de los 80 millones gastados recuperó el 50%. Una comisión mixta, formada por representantes de las agrupaciones y de la corporación municipal, trabaja durante buena parte del año para organizar casi medio centenar de actos masivos dirigidos a adultos y niños en los que intervienen 22 murgas, nueve comparsas, siete rondallas y 20 grupos líricos y coreográficos y numerosos conjuntos de disfraces, así como carrozas y vehículos engalanados. La capital de la isla detiene su reloj, los horarios laborales son más flexibles y la gente invade noche y día en un estado general de guasa y desenfado la vía pública despoblada de coches. Diariamente se recogen 70 toneladas de basura fruto de esta presencia humana desmesurada.Para el sector turístico, el carnaval de Tenerife, que coincide con las vacaciones escolares en varios países europeos y las bajas temperaturas en casi todo el continente, es una pera en dulce. Empresarios hoteleros se han felicitado estos días por el elevado índice de ocupación registrado. En cambio, la presidenta de la citada comisión mixta, Ana María Oramas, lamenta que los propietarios de hoteles sigan sin apoyar económicamente la fiesta. "Únicamente las cafeterías y restaurantes contribuyen con alguna cantidad", señala.
Negocio para peninsulares
En el perímetro más concurrido de la ciudad (Plaza España-Plaza de la Candelaria-Bravo Murillo) se asienta una red de cerca de 100 quioscos regentados por estudiantes y por empresarios de bebidas. La concesión de estas explotaciones se hace por subasta, que llega a alcanzar precios de casi dos millones de pesetas. Algunos vendedores peninsulares suelen trasladarse a Tenerife, seguros de la rentabilidad del negocio, a pesar de este tipo de desembolsos.El carnaval deja huella, dice el lema popularizado por el Ayuntamiento en miles de pegatinas. El año pasado, una canción interpretada por el cantante dominicano Wilfrido Vargas, el Africano, que las máscaras bautizaron como el Negro, fue exportada como tema de verano a escala nacional en la voz de Georgie Dann. Esta vez la legendaria orquesta venezolana Billo's Caracas Boys, fundada por un músico hijo de una canaria, ha captado el favor popular para tres de sus ritmos: Oye, Plátano maduro y Abusadora. La carga erótica consustancial con la fiesta inclina las preferencias populares hacia las canciones más atrevidas.
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