Corazón Aquino convoca a sus partidarios a dos misas masivas para proclamar su triunfo electoral

La lentitud de los cómputos oficiales y las grandes contradicciones de los resultados han mantenido la incertidumbre sobre el próximo Gobierno de Filipinas. Transcurridas más de 24 horas desde el cierre de las mesas de votación, ambos candidatos, el presidente Ferdinand Marcos y Corazón Aquino, insistían en proclamarse vencedores de las elecciones del pasado viernes, y ésta incluso ha convocado a sus partidarios a dos misas masivas en Manila para proclamar su triunfo electoral. Las últimas cifras oficiales difundidas ayer daban ganadora a Aquino, con 1.477.859 votos, contra 1.369.095 de Marcos. Para el Movimiento Ciudadano para unas Elecciones Libres (Namfrel), la diferencia era mayor: 4.901.020 votos para Aquino y 4.154.868 para Marcos.

RAMÓN VILARó ENVIADO ESPECIAL, "Nuestra victoria es irreversible", dijo Aquino en una conferencia de prensa en la que pidió a Estados Unidos que ejerza presión sobre Marcos para que acepte su derrota y entregue el poder. El actual presidente acusó a la oposición de confundir a los filipinos". "Hay que esperar los resultados oficiales", dijo Marcos en una conferencia de prensa en el palacio presidencial, Malacagnang.Con dos vencedores para un mismo puesto, los filipinos asisten a una confusión de datos a la hora de contar los votos de una elección que vivió situaciones de violencia -64 muertos-, fraude en las urnas e intimidación. Aquino basa su victoria en las cifras del Namfrel, que ha llevado un recuento independiente del Colegio Electoral Oficial (Comelec), en cuyo veredicto final confia Marcos.

Mientras Marcos lleva a cabo una operación de dilatación en el lento recuento de votos -que, probablemente, no llegará hasta dentro de varios días-, Aquino prepara una movilización popular con la convocatoria para mañana, en Manila, de dos misas multitudinarias, una en la iglesia de Santo Domingo y otra en la de Baclarán, esta última con asistencia del cardenal Jaime Sin, máxima autoridad de la Iglesia católica filipina, que representa a un 80% de los 54 millones de habitantes del país.

"En este momento de victoria es necesaria la reconciliación nacional", dijo Cory Aquino al declararse vencedora. Aquino, de 53 años de edad, anuncié que solicitará al presidente Marcos una "reunión para una transmisión pacífica de poderes" antes de formar Gobierno y aplicar un programa que, en sus primeros 100 días, restablecerá las libertades democráticas en Filipinas, reactivará la economía, ofrecerá seis meses de tregua a la guerrilla para negociar acuerdos y respetará los compromisos internacionales, incluida la permanencia de las bases militares norteamericanas en Filipinas. ¿Qué pasará si el autoritario presidente Marcos no concede la derrota anunciada por el recuento del Namfrel? "No daremos ningún pretexto para que pueda aplicar la ley marcial", respondió Aquino.

Tras proclamar unilateralmente su victoria, con un margen del 56% de votos a favor, según el Namífrel -organismo montado por la oposición para evitar fraude en el recuento-, Corazón Aquino se trasladó al Ayuntamiento de Makati, el barrio de negocios del área metropolitana de Manila, para apoyar a las personas que seguían todavía contando votos. Fue un acto simbólico de toma de posesión en un foro controlado por una de las figuras más importantes del régimen de Marcos, el alcalde Nemesio Yabut.

Dos horas después de la conferencia de prensa de Aquino, el presidente Marcos convocó a los periodistas en su palacio presidencial -cuyas calles de acceso están rodeadas de barricadas de alambres de espino- para anunciar la necesidad de respetar las leyes electorales" y calificar de "irresponsable" la actitud de Aquino de declararse vencedora antes de esperar el recuento total de los votos por parte de la comisión oficial.

Pidió "paciencia" hasta el final y esgrimió una multitud de datos que le daban ventaja en nueve de las 13 provincias de Filipinas: "Es verdad que mi oponente [nunca citó la palabra Aquino] gana en ciertas ciudades, pero faltan los votos del total de las provincias". Rechazó cualquier posibilidad de que una comisión de observadores independientes pudiera zanjar la diferencias entre el recuento del Comelec y el del Namfrel.