La reunión entre Coalición Popular y los reformistas gallegos finalizó sin acuerdo
La reunión entre Coalición Galega (CG) y Coalición Popular (CP) finalizó sin acuerdo al rechazar ésta la pretensión de los reformistas de que los presidentes de las cuatro diputaciones provinciales gallegas (pertenecientes a CP) firmasen el documento en el que se incluyen las pretensiones de éstos para facilitar la reelección de Gerardo Fernández Albor al frente de la Xunta. Ninguno de los cuatro ha querido suscribir estas condiciones, en las que ambas fuerzas ya han manifestado estar de acuerdo.Ahora es el comité ejecutivo de Coalición Galega, cuya reunión está prevista para mañana, el que debe decidir si finalmente acepta retirar esta exigencia. En caso contrario, las negociaciones entre ambas fuerzas quedarían definitivamente rotas.
Por otra parte, la comisión ejecutiva de los socialistas gallegos pidió que finalice el actual período de interinidad, a la vez que se manifiesta en contra de la existencia de dos procesos de negociación en los que toma parte Coalición Galega.
En el documento de 11 puntos asumido por los dos grupos el pasado viernes (véase EL PAÍS del pasado día 25) se decía que debía ser "firmado por los representantes de los partidos y los presidentes de las diputaciones". Este aspecto había sido calificado por el portavoz de Coalición Popular, José Luis Barreiro Rivas, de último obstáculo antes de suscribir un acuerdo que de una gobernabilidad a Galicia de centro-derecha. Coalición Popular tiene en el Parlamento autónomo 34 diputados; Coalición Galega, 11; el PSOE, 22, PSG-Esquerda Galega, tres, y el Bloque Nacionalista Galego, uno.
Tanto el presidente de la Diputación de La Coruña, Enrique Marfany, como el de la de Pontevedra, Mariano Rajoy, ya habían asegurado que ellos no firmarían el citado documento.
Coalición Galega se preguntó ayer acerca de la capacidad de negociación de sus interlocutores una vez que el pasado fin de semana el secretario general adjunto de AP, Carlos Robles Piquer, volvió a verter contra ellos duras críticas, acusándolos de defraudar al electorado con su comportamiento en la pasada sesión de investidura, en la que fracasó Gerardo Fernández Albor.
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