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El Valencia aplaza la decisión sobre la continuidad del técnico Valdez

La junta directiva del Valencia, que se reunió anoche durante tres horas para estudiar la crisis deportiva del equipo, agudizada tras la derrota en Atocha (0-6) ante la Real Sociedad, no tomó decisiones y volverá a reunirse hoy. Todos los indicios apuntan hacia la destitución del entrenador, óscar Rubén Valdez, y el nombramiento de Alfredo di Stéfano, con quien el Valencia se puso en contacto. Éste sería el 18º preparador del Valencia en 10 años.El aplazamiento de la decisión parece fundamentalmente debido a la cuestión económica, dada la precaria situación valencianista. El club no sólo debería desembolsar la cantidad de la rescisión del contrato de Valdez, sino que Di Stéfano no vendría únicamente hasta el final de la temporada, sino por una más.

La situación del Valencia, que sólo ha ganado cinco partidos esta temporada y ha empatado siete, ha empeorado sensiblemente después de los seis goles recibidos en Atocha. Su 15º lugar en la clasificación reaviva el recuerdo de la temporada 1982-1983, cuando el equipo se salvó del descenso a la Segunda División gracias a varios resultados sorpresa, a los que se sumó la victoria con un gol de Tendillo en el último partido de la Liga, ante el Real Madrid -al que por entonces entrenaba precisamente Di Stéfano-, que de esa forma perdió el título.

Crisis económica

La crisis, si en lo deportivo tiene tintes dramáticos, en lo económico no es mucho más prometedora. El Valencia está inmerso en una tremenda deuda que nadie sabe cómo atajar: casi 2.000 millones. Los intereses que el club tiene que pagar se comen casi por completo los ingresos por taquilla.De esta manera, y aunque el Valencia ha recaudado más de 100 millones en el último mes y medio con las visitas del Barcelona y el Real Madrid, algunos directivos han tenido que volver a poner dinero de su bolsillo últimamente para hacer frente a diversos gastos corrientes. Con ello, la deuda del club no hace más que aumentar. Se debe dinero a los jugadores y empleados, agencias de viajes, hoteles y centros hospitalarios. Esto complica las cosas.

Ayer por la tarde Valdez no sabía nada de su posible destitución, aunque se mostraba pesimista, al tiempo que se quejaba de la actitud de sus pupilos en San Sebastián. "Hubo un momento en que me entraron ganas de irme del banquillo", dijo, refiriéndose al partido contra la Real Sociedad. "No había ganas ni lucha; era un verdadero desastre. Supongo que habríamos perdido igual, pero, por lo menos, podíamos haber caído luchando. Eso no era un equipo".

Valdez piensa que la solución del conjunto no está en el cambio de entrenador. "Y no porque sea yo", continúa el todavía preparador del Valencia; "lo mismo diría si estuviera otro en mi lugar. Lo que hay que cambiar es la mentalidad de los jugadores y de la afición, no al entrenador. Si viene uno nuevo, sí, habrá un reactivo, pero los jugadores continuarán con la misma mentalidad y, tarde o temprano, volveremos a estar donde antes".

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