_
_
_
_
_
CATALUÑA

Una treintena de presos de la Modelo se autolesiona para pedir medidas de reinserción

Francesc Valls

Más de 30 presos de los cerca de 2.000 de la cárcel Modelo de Barcelona se autolesionaron ayer para pedir que se les apliquen medidas de reinserción social similares a las que se conceden a los ex miembros de organizaciones terroristas. Los presos de la quinta galería -celdas de aislamiento- leyeron en la tarde de ayer un comunicado en el que anunciaban el inicio de una huelga de hambre indefinida, que también será seguida por algunos internos de la marta galería.

Un mínimo de 13 presos de la cuarta galería habían sido asistidos de heridas, en su mayor parte leves, hasta las 18 horas de ayer en el hospital Clínico y ocho de ellos habían sido ya dados de alta a esa hora. Según algunos voluntarios de la Cruz Roja que vivieron de cerca la situación, la cuarta galería de la Modelo era ayer "un lago de sangre". Al menos una veintena de ambulancias y numerosos efectivos policiales tuvieron que desplazarse al interior de la prisión para atender a los heridos, aunque la situación, en opinión del director del centro, Jaime Izal, "no ha sido nunca alarmante".La mayoría de los internos realizó una huelga de brazos caídos entre los días 20 y 23, según la dirección, en demanda de medidas de reinserción, sin incorporarse a las tareas que desempeñan en el centro. Sin embargo, según un comunicado leído ayer por los reclusos, la huelga continúa. El director de la cárcel afirmó que esta acción sólo es seguida en tareas de limpieza y reparto de comida en la cuarta galería.

Los internos, que pedían la dimisión del director de la Modelo y del juez de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Barrera, manifestaron ayer que el pasado 23 de enero la dirección del centro coaccionó a los portavoces de los huelguistas y, al no conseguir que se paralizara la huelga, envió a celdas de aislamiento a 30 de ellos. Izal desmintió esta versión e indicó que no se ha producido ningún tipo de represalia. Asimismo, expresó su indignación por la afirmación de los reclusos de que, en la madrugada de ayer, le fue propinada una paliza con porras a un preso. "No puedo explicarme como 14 o 16 funcionarios que controlan a una población reclusa de 2.000 personas pueden propinar malos tratos", dijo Izal.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_