"Yo no tengo futuro político; lo mío es concurrir con los vecinos"
Enrique Tierno concedió una entrevista a Radio El País hace algo más de un mes, el 16 de diciembre pasado, solicitada en el mes de noviembre. La conversación, que en principio debía durar 45 minutos, fue recortada a 20 por la secretaría del alcalde. Enrique Tierno, con voz ya débil, pidió que se redujese el cuestionario y, casi posado sobre el sillón de su despacho, reflexionó una vez más sobre los requisitos de un buen alcalde, la rigidez de su partido, la utilidad de sus críticas al Gobierno, la "trampa infernal" de la OTAN, y habló de Juan Barranco como sucesor en la alcaldía. Esta entrevista fue emitida el pasado día 1 de enero.
JOSÉ MARIA BAVIANO, Pregunta. Recientemente, con motivo de la visita a Madrid del alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, se ha debatido sobre cuál debe ser el papel de un alcalde en una gran ciudad. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Respuesta. Es muy difícil decir si el alcalde de una ciudad como Madrid debe ser un empresario, un gestor o un relaciones públicas. Yo creo que, en primer lugar, un alcalde debe tener las ideas claras respecto al juego monetario, y eso se adquiere enseguida. En segundo lugar, el alcalde debe ser un hombre esencialmente bueno, que haga las cosas con un criterio de bondad, porque si no lo hace así, no entiende los problemas. Como tampoco los entiende el empresario que está en la cúspide y cuyo portero de la empresa no tiene dinero. El alcalde debe ser un vecino más, que entienda sus problemas y sea el más eficaz de ellos.
P. Usted ha mantenido desde hace tiempo una actitud crítica frente a fenómenos como la OTAN y a favor de fenómenos marginales que, en buena medida, son consecuencia de la política del Gobierno del partido en el que milita. ¿Es usted un militante, un independiente o un invitado de lujo en el PSOE?
R. Soy un militante del PSOE y procuro por eso que mis declaraciones, aunque críticas, sean ponderadas. Una de las cosas de las que sí estoy orgulloso es haber sido leal a mis principios y a los partidos en los que he estado. Si se lleva un carné de un partido hay que ser leal a ese carné. Es mejor romperlo y hablar después, pero no aprovecharse del carné para ser desleal al partido. Sólo hago críticas leales. Soy un militante de base que tiene un cargo público, que es la alcaldía, y se permite hacer algunas críticas que yo creo que, pasado algún tiempo, el Gobierno las agradece. Y las agradece porque se remueven un poco las aguas del partido y porque dan ideas, dan luz.
P. ¿Qué ha cambiado en el PSOE durante los últimos cuatro años?
R. Creo que el partido socialista se ha hecho más rígido. Confío en que esta rigidez se deba a los peligros políticos y a la necesidad de tener un instrumento seguro con el que poder actuar. Pero se ha hecho un poco más rígido en sus concepciones. Le falta flexibilidad y capacidad de diálogo interno. Creo que esto se puede arreglar y creo también que es intención de Alfonso Guerra abrir un proceso de apertura y ósmosis dentro del partido.
P. ¿Qué le hace a usted, en estos momentos, seguir manteniendo respecto de la OTAN una postura disonante respecto de la que mantiene su partido?
R. La OTAN, en cierto modo, es inevitable. Pero lo que a mí me hizo en un principio rechazar la estancia en la OTAN fue un principio nacionalista. Yo le confieso a usted que soy un nacionalista, no un nacionalista ciego que convierte el nacionalismo en un prejuicio y cae en el fanatismo, sino un nacionalista que defiende a su nación, y, por desgracia, van quedando pocos. Yo defiendo a mi nación y no quiero que se la humille. Ya dije hace tiempo que no comprendo cómo vamos a estar en la OTAN y al mismo tiempo tener bases extranjeras. He dicho alguna vez que me dejen elegir. Sé las limitaciones que impone el estar en un bloque político y económico y sé las limitaciones del Gobierno. Pero es el único caso en el que un país cede unas bases que son fundamentales para la defensa de lo que llaman el mundo occidental y por otra parte está la OTAN. Nos cuesta dinero la OTAN, nos cuesta dinero conservar cierto paralelo en armamento y al tiempo nos cuestan dinero las bases, y las tenemos aquí, en el ámbito territorial en el que actúa la OTAN. Una de dos, o bases u OTAN. Las dos cosas me parecen una humillación intolerable. Europa no tiene necesidad de estar en la OTAN. La protección es una categoría que ha saltado como justificación, pero las armas nucleares sobrevuelan Europa en tres minutos y los países europeos no tendrían por qué haber entrado en esta trampa infernal.
P. Es difícil encontrar un político que haga críticas de Enrique Tierno en público. ¿Cuál es el futuro político de Enrique Tierno Galván?
R. Yo no tengo futuro político porque realmente no hago política. Si se llama hacer política a estar aquí, en este despacho. Realmente lo que hago es administrar, concurrir con el pueblo, procurar estar en una u otra parte en lo que mi salud permite y sostener la imagen de la alcaldía. Creo que estamos cambiando la ciudad para bien y no creo que invente nada en loa y elogio mío. Mi único futuro político será presentarme a las nuevas elecciones si la salud da para tanto y el partido me mete en la cabeza de lista. Pero ya veremos, porque las próximas elecciones municipales tampoco van a estar cantadas. Estas elecciones van a ser reñidísimas porque va a quedar el residuo de la resaca de las grandes elecciones, en las que va a haber cierta atonía y cierto escepticismo. En las municipales no hay escepticismo. La gente quiere que le arreglen su calle o sus árboles y van a protestar, van a gruñir. No se van a dar tanto las ideologías como se dieron en los años anteriores.
P. Usted es el único alcalde democráticamente elegido que ha tenido esta ciudad en casi 50 años y ha marcado una línea muy personal al frente de la alcaldía. ¿Cómo piensa que puede ser su sucesión política?
R. Una sucesión política hace que se busque a un político. Pero aquí la política es cada vez menos ideológica y más práctica y, desde luego, hay que admitir que la búsqueda del hombre político que me sustituya es difícil. Yo busco y no encuentro. Pero hay muchachos jóvenes que tienen un gran conocimiento de la ciudad, que saben a dónde vamos, que tienen entusiasmo y podrían sustituirme porque han captado mi estilo y modo. Entre ellos, Juan Barranco [actual primer teniente de alcalde]; a él me refiero.
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