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LA MUERTE DEL 'VIEJO PROFESOR'

Los bandos del alcalde

Algunos de los párrafos más celebrados de la veintena de bandos escritos por Enrique Tierno son los siguientes:El ruido (julio de 1981). "Jóvenes sin escrúpulos, que gustan de ostentar prepotencia y mostrarse ante sí mismos y los demás superiores a cualquier norma y acatamiento, vociferan con tal estruendo o producen tales ruidos con las máquinas de correr, que llaman motocicletas, que impiden el sueño apacible y reposado que el trabajo cotidiano de nuestros vecinos requiere. Agavílanse en ocasiones estos jóvenes (...) para que el número aumente el estruendo y fortalezca la impunidad de su deplorable conducta".

El turismo (febrero de 1982). "El mucho amor a nuestra lengua no nos debe llevar a aborrecer las novedades que con el tiempo se introdujeron en ella para designar con justeza cosas y comportamientos que no gozaban anteriormente de vocablo singular y adecuado. Así ha ocurrido con los que viajan por curiosidad y placer, que llámanse ahora turistas, sin que la consulta de muchas, copiosas y autorizadas fuentes del castizo decir nos haya permitido encontrar palabra en nuestro natural castellano que signifique propia y ajustadamente lo que el nuevo vocablo expresa. Séanos, pues, lícito decir que el turismo o, lo que es igual, la concurrencia cuidadosamente ordenada de viajeros que, conducidos por la curiosidad y el placer, visitan nuestra patria es hoy provechoso e indiscutible caudal de abundantes bienes. (...) Ocurre también el caso insólito que en nuestra ciudad una parte considerable de los vecinos tiran papeles y objetos menudos al suelo, y el Ayuntamiento paga a otros vecinos para que los recojan. De seguir en incremento esta sorprendente conducta pudiera ocurrir que la mitad de los vecinos arrojase papeles y otros objetos a la vía pública y la otra mitad los recogiesen".

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El Mundial 82 (junio de 1982). "Renuévanse los tiempos, se alteran o cambian las costumbres y se introducen novedades que, sin perjuicio de que sobrevivan los antiguos usos y públicos espectáculos, ocasionan nuevos modos de esparcimiento y distracción tales como el llamado "Football", expresión anglicana, que en nuestro común castellano equivale a que 11 diestros y aventajados atletas compitan en el esfuerzo de impulsar con los pies y la cabeza una bola elástica, con el afán, a veces desmesurado, de introducirla en el lugar solícitamente guardado por otra cuadrilla de 11 atletas, y viceversa. (...) Encarezco, pues, a los madrileños que atiendan con particular esmero a nuestros visitantes, conduciendo al perdido, orientando al perplejo, sosegando al inquieto, ayudando al que está en apuros, consolando a quienes la magnitud, complicación o desmesura de esta gran ciudad pueda llevar a la tribulación".

La grúa (noviembre de 1982): "(...) Viene muy a propósito cuanto antecede si consideramos el descuido, si no malicia, con que muchos vecinos dejan coches y carricoches en el lugar que mejor les peta, sin mirar si es recodo, rincón, esquina o entrada de zaguán con razón prohibidos por el Concejo para proveer con más acierto el apacible transcurrir de los viandantes y a la mayor holgura para la colocación y permanencia de los carruajes. Adviértase también por el presente bando que algunas de las calles y plazas de la parte más antigua de Madrid, que llaman de los Austrias, se están convirtiendo en plazas y calles de sólo andar, que en tiempos de incuria y atrevimiento dieron en llamar peatonales, para que, sin perjuicio de hacer más fácil el tránsito de quienes por ellos discurren, los vecinos huelguen y en honesta ociosidad disfruten de tertulias, corros y mentideros a los que tan aficionados son los moradores de esta Villa".

La sequía (julio de 1983). "Es tanta la escasez del precioso líquido a causa de la seca de la que ya hemos dicho, que los madrileños, sin descuidar la curiosidad de sus hogares y el aseo de su cuerpo y partes en prevención de landres, incordios, bubas y tabardillos, habrán de medir con sumo tiento el agua que en aquellos y otros menesteres empleen".

El destape (mayo de 1984). "Numerosas vecinas dan en despojarse, como con particular y escrupulosa atención ha observado el alcalde, de corpiños, basquiñas, briales y otras prendas que por respeto no se nombran, faltando poco, en algunos casos, para que tanto mozas como menos mozas en carnes queden. Ocasiónanse de este modo graves y superfluos daños, pues quienes desde el pescante los coches guían alejan la atención de su principal menester, arrastrados por el invencible deseo de mirar, con menoscabo de haciendas, peligro para la vida y aumento de la común confusión".

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