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La larga espera del 'gordo'

300 familias, afectadas por la decisión de un juez que ha paralizado la distribución de 900 millones de la lotería de Navidad

Unas 300 familias talaveranas no han podido cobrar aún 900 millones de pesetas correspondientes a 36 décimos del primer premio de Navidad que se vendieron en el bar de la Sociedad de Cazadores y Pescadores de esta localidad. Una denuncia presentada el pasado día 3 de enero por la asesoría jurídica del Banco Industrial del Tajo -entidad donde se encuentra depositado el dinero- ha motivado que el juez de instrucción Rafael Sánchez Jiménez congelara la cuenta en tanto se investiga el suceso.

La entidad bancaria presume que "han sido entregadas más papele tas de las que corresponden por los décimos y fracciones deposita das", según consta en la denuncia.Las 460 participaciones fueron vendidas en el bar de la Sociedad de Cazadores y Pescadores de la calle de Santa Leocadia y que re gentan Jesús Belvis Moracho y Rufino García Buendía.

Jesús Belvis era un hombre feliz hasta que le tocó la lotería. El pasado día 3, cuando, junto a su socio, Rufino García, se dirigía al banco para negociar el porcentaje de los intereses que iban a generar esos 900 millones, el director del Banco Industrial del Tajo, Lucas Prieto, les anunció que no se podía hacer nada hasta que el juez decidiera.

El estupor y la sorpresa fueron mayúsculos cuando ese mismo día por la tarde un coche zeta aparcó en la calle de Santa Leocadia. Los policías -que conocían a Belvis le espetaron un "Jesús, me puedes acompañar". Era la clave. Estaba detenido. Tras pasar la noche en las dependencias policiales, fue puesto en libertad sin cargos.

En la denuncia -el banco siempre habla de informe- se señala también la falta de firma en algunas papeletas y la ausencia del sello del depositario, requisitos que los abogados consideran de poca importancia. Al final, 35 papeletas están en juego. Los abogados Ernesto de la Rocha y José Camacho explican que de las 500 participaciones adquiridas por Jesús Belvis tan sólo se vendieron 475, aunque en el banco se entregaron 500 matrices. El día 23 de diciembre se entregaron otras nueve participaciones sin matrices, "advirtiéndoselo por escrito al director del banco", dicen los letrados.

También se hace constar en ese escrito que del último taco de participaciones -el correspondiente a los números 1401-1500- se vendieron 50 participaciones, es decir, la mitad de las que contiene cada décimo. Belvis reitera una y otra vez que las participaciones que faltan para completar las matrices "las rompí aquí, en el bar, el día 18 de diciembre".

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Pero la buena fe y el empeño de los Belvis no han convencido, al parecer, al juez, quien esta misma semana, y mediante una providencia, decidió trasladar los 900 millones de pesetas desde el Banco Industrial del Tajo a la caja central de depósitos del Ministerio de Hacienda.

El recurso de reforma presentado el viernes día 17 por los abogados de Belvis y García ha ensombrecido aún más la trama de una fecha memorable para los talaveranos. Los afectados por el cobro de los 900 millones -de los 7.500 que tocaron en Talavera- se mueven entre la incertidumbre, la resignación y la ira hacia los denunciantes. Los 22 millones de premio que obtuvo Ignacio Carriche le podían haber generado ya más de medio millón de pesetas con el 10,5% de intereses que me ofrecía un banco". Carriche cree injustificada la actitud del juez.

Intereses sin cobrar

Los intereses están en juego, nadie sabe cuándo se va a cobrar y todos creen que el único beneficiado en este caso es el banco, que hará lo posible para que el dinero no salga de ahí; al menos, hasta el 22 de marzo, fecha en la que habrán cumplido los tres meses legales para el cobro.Algunos, ante las halagüeñas perspectivas que les deparó el número 63369 -primer premio de Navidad-, se lanzaron a las tiendas: unos se compraron un coche, como Abel Bueno; otros pasaron las Navidades embelesados con el vídeo y los menos intentaron saldar deudas. El Peugeot 505 de Bueno le ha costado la ruina. "Tuve que pedir un préstamo y ahora estoy sin un duro", se lamenta el joven mientras se toma su chato en el bar de Belvis. Porque no le guardan rencor y continúan frecuentando la tasca. Hasta alguno de los asiduos estaría dispuesto a romper sus papeletas con tal de salvar la honorabilidad y la honra de los Belvis.

Un aval bancario

Los denunciados son capaces de cualquier cosa con tal de dejar contentos a los agraciados. El cambio de los 900 millones a otra entidad bancaria dispuesta a conceder intereses -que se cobrarían a partir del 22 de marzo- es una de las soluciones dadas por los abogados. Además, cuenta el letrado José Camacho, "los beneficiados depositarían sus participaciones ante notario y, transcurridos los tres meses legales, se verían las papeletas que, en realidad, se han vendido". El Banco Zaragozano, al que pertenece el Banco de Toledo, ha ofrecido incluso un aval de 900 millones de pesetas en el caso de que el dinero se trasladara a esta entidad.Mientras, todos se preguntan por el proceder del juez y éste mantiene un mutismo absoluto.

Si el dinero pasa de nuevo a Hacienda, las 300 familias no sólo dejarían de percibir intereses, sino que la cantidad depositada en la caja central iría menguando.

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