"Ruleta rusa".
José Hernández Rodríguez, policía mexicano, se disparó un tiro en la cabeza cuando practicaba la ruleta rusa -presunto juego de azar consistente en apretar el gatillo de un revólver dirigido sobre uno mismo, tras hacer rodar sin control el tambor del arma cargado con una sola bala- con otros tres compañeros de oficio. Los cuatro policías decidieron animar su ronda nocturna de vigilancia de la Ciudad de México con unas botellas de tequila y este juego de alto riesgo. El único comentario de los tres supervivientes sobre la muerte de Hernández fue: "Era su turno".
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