_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Matinal

A nosotros nos ponían televisión matinal sólo el día de la lotería, en algunas fiestas señaladas y los domingos, donde lo distintivo es el júbilo y la celebración de la misa. Lo asociado a encender el televisor una mañana y encontrar la pantalla en acción es el asueto. No parece, por tanto, extraño que la inauguración de las emisiones desde que uno despierta, haya consternado a la nación. Y no está claro si esto obedece a los mágicos resultados de la entrada en Europa, en cuyo acto se asume cualquier consecuencia, o a una operación que preparará el alma de cara al referéndum. El resultado es, en todo caso, que la sociedad tiene ahora inyectada una iridiscencia. Imposible contener la desazón que viven los hogares con este obsequio. Más televisión nocturna habría parecido un abuso de lo mismo, pero una televisión matinal es aún un rarísimo recreo.Muchos de nosotros, trabajadores de la mañana al anochecer, nunca habíamos supuesto que dejábamos la casa con esa dosis de ajetreo. Ni siquiera, como ejemplo, habíamos constatado el golosísimo descaro con que Eva Nasarre hace gimnasia.

La televisión, pese a sus décadas españolas, sigue siendo menos un aporte de comunicación que de acontecimientos. Y su entidad es antes la de un fin que la de un medio. Cuando el español se irrita con esta única televisión lo hace de una manera muy personal. Tratándose como se trata de un sólo emisor, su comportamiento produce la imagen de un concreto espectador enfrente. Si no hay lugar para la elección no hay tampoco lugar para lo ambiguo. Cada emisión que TVE hace agrada o agrede individualmente, para mí o contra mí. ¿Una emisión matinal tal como si cada día fuera fiesta? ¿Qué querrán decir ahora? ¿Será preciso volver a plantearse toda la vida? Cualquier mensaje, seguramente decisivo, hay detrás de este imán que tiende a retenernos en casa. ¿Están aboliendo el calendario laboral? ¿Habrá acabado por fin la época postindustrial y habrá llegado la proclamada civilización de¡ ocio? ¿Nos van a comunicar algo extraordinario de un momento a otro y pretenden que estemos atentos? Se vive una gran zozobra.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_