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Fuertes críticas de la oposición parlamentaria al proyecto de división territorial de Cataluña

La oposición parlamentaria catalana coincidió ayer en criticar duramente el proyecto del Gobierno de Jordi Pujol para la ordenación territorial de Cataluña (véase EL PAÍS de ayer). Aunque formalmente se trata únicamente de una aportación gubernamental a la ponencia parlamentaria conjunta que debe elaborar la proposición de ley, una de las más importantes en el desarrollo del contenido del Estatuto de Autonomía, la oposición no se hace demasiadas ilusiones, ya que Convergència i Unió (CiU) goza de una mayoría absoluta en la Cámara y puede imponer sus criterios.La prevista desaparición de la Corporación Metropolitana de Barcelona (CMB), compuesta por Barcelona y otros 26 municipios de su entorno, es con mucho la decisión que se dibuja como más polémica. Ayer fue vivamente criticada por los socialistas, que son mayoritarios en el área metropolitana. CiU, y en particular el presidente de la Generalitat, considera que la CMB se ha convertido en un contrapoder de la institución autonómica y por eso debe ser eliminada.

"Quieren ahogar a Barcelona y no se dan cuenta de que ésta es una de las maneras de hundir a Cataluña", declaró ayer el portavoz socialista en la Cámara catalana, Lluís Armet, para quien la desaparición de la CMB supondrá una reducción de servicios y de calidad de vida en la zona metropolitana y un notable incremento de las posibilidades de especulación urbanística.

Incluso fuerzas políticas que, como los comunistas del PSUC o Coalición Popular (CP), cuestionan el ámbito territorial y las competencias atribuidas hoy a la CMB y proponen su modificación, consideraron ayer que el Gobierno de la Generalitat quiere ir demasiado lejos. "La desaparición de la CMB es un error porque el hecho metropolitano existe", declaró el portavoz de CP en el Parlament, Jorge Fernández Díaz. Rafael Ribó, portavoz del PSUC en el Parlament, coincidió con esa apreciación al tiempo que vaticinaba que la CMB será la arena de los enfrentamientos entre CiU y el PSC: "Se hará así un flaco favor a la división territorial, que es algo mucho más importante", añadió.

Intervención de Pujol

Es de dominio público que ha sido Jordi Pujol en persona quien ha impuesto un texto duro a su conseller de Gobernación, Macià Alavedra, proclive al acuerdo con los socialistas. Antes del verano, Alavedra y los dirigentes del PSC habían acordado las líneas maestras de la futura ley, en la que no se incluía la desaparición de la CMB. Pujol desautorizó a su conseller y comunicó al alcalde de Barcelona y presidente de la Corporación Metropolitana, Pasqual Maragall, que se iban a reducir las competencias y el territorio de la CMB. El borrador final va mucho más allá de esa advertencia.Aunque Alavedra ha hecho saber oficiosamente que habrá que llegar a un acuerdo con los socialistas, fuentes del Grupo Parlamentario de CiU comentaron ayer que el conseller "dirá lo que quiera", pero que a ellos no les asusta ni les preocupa un enfrentamiento con el PSC.

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