Entre la brillantez y la controversia

Ramón Sainz de Varanda fue elegido alcalde de Zaragoza el 3 de abril de 1979 y reelegido en los comicios municipales de mayo de 1983 en las listas del PSOE. Sus casi siete años al frente de la alcaldía de Zaragoza, una ciudad con cerca de 600.000 habitantes, han tenido momentos brillantes y otros no exentos de controversia. Su fuerte personalidad le hizo enfrentarse con su propio grupo en el ayuntamiento, con el partido e incluso con el Gobierno regional. No obstante, todas las fuentes consultadas y las primeras reacciones tras su muerte, incluidas las de los grupos de la oposición, han valorado de forma muy positiva la gestión de Sainz de Varanda. Durante su mandato se impulsaron las actividades socioculturales de la ciudad, se ha puesto en marcha el Plan General de Urbanismo y el Plan de Saneamiento Integral, así como la rehabilitación del casco histórico de Zaragoza.

Sainz de Varanda fue un incansable luchador durante su primer mandato al frente del Ayuntamiento para que se desmantelara la zona norteamericana de la Base de Utilización Conjunta. Sus declaraciones al respecto alcanzaron amplio eco y le convirtieron en el político más destacado de Aragón en los últimos años. La enfermedad, que ya le aquejaba desde 1983, así como las luchas internas del grupo socialista ante un hipotético relevo en la alcaldía, hicieron que los últimos años del mandato de Sáinz de Varanda estuvieran salpicados de controversias que nada favorecieron la imagen de la corporación y del propio alcalde.

Medalla al Mérito Municipal

Hasta hace unos meses, Ramón Sainz de Varanda fue presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, que recientemente le concedió la medalla al mérito municipal. Fue el actual presidente, Tomás Rodríguez Bolaños, quien se la entregó durante un acto en la residencia sanitaria donde se encontraba hospitalizado.