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RELIGIÓN

Kolvenbach, nuevo superior de los jesuitas, reafirma la 'línea Arrupe'

Juan Arias

El nuevo superior general de los jesuitas, Peter Hans Kolvenbach, ha definido las relaciones de la Compañía de Jesús con el Papa y con la jerarquía de la Iglesia como de "no sumisión servil, sino espíritu siempre constructivo".Esto lo ha afirmado en una carta que ha enviado con la tarjeta de felicitaciones navideñas a hermanos y amigos de la compañía. Se ha tratado de una forma original de felicitar las Pascuas. Original e "inconformista", como ha comentado la Prensa italiana.

Kolvenbach está considerado como un hombre que hace poco ruido, pero que está conduciendo a la compañía por los mismos senderos por los que la había encaminado su predecesor, el criticado Pedro Arrupe, que se está consumiendo en la casa central de los jesuitas en Roma, a dos pasos del Vaticano.

Hans Kolvenbach había sido elegido sucesor de Arrupe el 13 de septiembre de 1983, tras un período de fricciones muy tensas entre el Vaticano y la Compañía de Jesús, y concretamente entre el papa Juan Pablo II y el padre Arrupe.

En su carta navideña, el nuevo superior general de los jesuitas recuerda "la larga experiencia de conflictos y fricciones del mismo san Ignacio con las autoridades eclesiásticas en España, Jerusalén, París, Venecia y también Roma". Afirma que la compañía quiere poner su atención en este momento sobre todo en "los no creyentes", aunque esto pueda a veces acarrearle incomprensiones: "Tras un período de duras pruebas y sufrimientos", dice literalmente el superior de los jesuitas, "que nos había llevado a encerrarnos en nosotros mismos, la 33ª Congregación General envía de nuevo a la compañía en misión para anunciar el Evangelio a los no creyentes y a quienes tienen una fe distinta de la nuestra más bien que a los fieles de la Iglesia del Señor".

Quienes rodean a Kolvenbach afirman que desde que llegó a la cumbre de la compañía, la mayor congregación religiosa del mundo, la está llevando con "fuerte suavidad" por los mismos senderos de apertura que su antecesor, Arrupe. "Anunciar a un mundo lejano de la Iglesia el amor de Dios manifestado en Jesucristo con el empeño social, la inculturización, la investigación teológica y la experiencia pastoral comporta riesgos e incomprensiones que tenemos que asumir", escribe en su carta.

Y añade: "Esta apertura misionera hacia un mundo lejano de la Iglesia o alérgico a ella no será siempre comprendido por aquellos movimientos eclesiales, para quienes la prioridad apostólica es sobre todo, o exclusivamente, el reforzamiento de las estructuras eclesiásticas o la reunificación de los fieles". La referencia es clara a los movimientos religiosos que gustan al Papa, como Comunión y Liberación y el Opus Dei.

Los jesuitas son hoy 25.549 en el mundo, exactamente 175 menos que el año pasado; pero mientras han disminuido sus sacerdotes, han aumentado en 209 los jóvenes candidatos que se están preparando en sus colegios para formar parte de la compañía.

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