Los liberales de la RFA reiteran su compromiso con la actual coalición gubernamental
El Partido Liberal Alemán (FDP) confirmó el lunes su firme compromiso con la actual coalición gubernamental que les une a los democristianos del CDU/CSU en Bonn, aunque sin escatimar por ello ataques contra la política de estos partidos, que comparten con los liberales las tareas de gobierno.
En su tradicional encuentro del día de Reyes en la ciudad de Stuttgart, los liberales manifestaron su intención de mantener el pacto de gobierno con los democristianos más allá de las elecciones federales que se celebrarán a principios del próximo año. El acuerdo de coalición entre el FDP y CDU/ CSU fue acordado en 1982 y supuso la caída del Gobierno de la República Federal de Alemania del canciller Helmut Schmidt y la llegada a la cancillería del democristiano Helmut Kohl.
El presidente del partido y ministro de Economía Martin Bangemann, y el ministro de Asuntos Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, pronunciaron el lunes sendos discursos, en los que presentaron la actual coalición con democristianos como la única posibilidad de practicar una política liberal desde el poder, si bien ambos subrayaron la necesidad de defender la identidad del partido en el marco de la coalición.
Ante las elecciones federales de 1987 y las consultas en los Estados de la Baja Sajonia, Baviera y Hamburgo, todas en 1986, y que convierten el año en una larga campaña electoral, los liberales quieren perfilarse ante el electorado como los garantes de una política razonable y correctora de los excesos de los democristianos. Los ataques de este partido contra los compañeros de coalición en Bonn han demostrado serle muy rentables.
La caída de Schmidt
Si tras su traición a los socialdemócratas, dejando caer a Schmidt para unirse a Kohl, su existencia como partido, parlamentario con más del 5% de los votos parecía amenazada, hoy son buenas sus perspectivas de alcanzar un resultado que fortalezca su posición en la coalición y supere el 7% logrado en las elecciones de 1983. El éxito de esta política de los liberales ya quedó plasmado en los resultados de las elecciones de Renania-Westfalia, Sarre y Berlín.Bangemann dejó claro en su discurso del encuentro liberal de Stuttgart que el partido considera inviable cualquier vuelta a un compromiso con los socialdemócratas del SPD e imposible cualquier trato con el partido de los verdes. Una vez marcadas las diferencias insalvables con la actual oposición en Bonn, los liberales ven su tarea fundamental en la lucha electoral que ya ha quedado abierta en marcar sus diferencias con los partidos de la coalición, democristianos de la CDU y los socialcristianos bávaros de la CSU.
Esta tarea no parece tener excesivas dificultades, como han demostrado las fuertes disputas habidas en el seno de la coalición por numerosas cuestiones. Especialmente en lo que respecta a la política exterior, el socialcristiano bávaro Friedrich Zimmermann se ha convertido en el objetivo preferido de los liberales. Este ministro del Interior ha pasado el año 1985 jalonado de escándalos y estruendosos fracasos de su departamento.
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