Una primicia frustrada

El pasado 11 de diciembre, miércoles, en la primera página de la sección de Economía, EL PAÍS anunciaba: "El Gobierno aplaza a enero cualquier reducción del precio de las gasolinas". La información, firmada por Alberto Valverde, era, en lenguaje periodístico, un scoop, es decir, primicia informativa. Ningún periódico de Madrid planteaba ese día la posibilidad de que el Gobierno bajara los precios de los productos derivados del petróleo.El día siguiente, 12 de diciembre, en la primera página de EL PAÍS se abría la información del periódico con un titular a tres columnas: "Bajan las gasolinas seis pesetas y se mantienen el gasóleo y el butano".

La primicia del periódico había quedado frustrada. El Consejo de Ministros, como regalo de Reyes -según se informaba en las primeras líneas de la información-, había decidido, por primera vez en la historia, rebajar a los españoles la gasolina.

La noticia fue un error, aunque fuentes de varios ministerios económicos habían anunciado que existían argumentos de peso para proceder a una reducción de los precios de las gasolinas. Alberto Valverde reconoce: "Las distintas fuentes ministeriales me equivocaron. La razón se debió a que triunfó, dentro de un Gobierno dividido en este punto, la tesis del sector que opinaba que era políticamente más rentable anticiparse a las previsiones críticas que afrontarlas por unos ingresos fiscales mínimos de sólo 20 días. De hecho, el Consejo de Ministros que decidió la medida ni siquiera pudo facilitar a la Prensa por escrito el acuerdo".

De todas formas, el redactor de EL PAÍS se fió de unas fuentes que se equivocaron en sus pronósticos.

Agobio de letras

Un comunicante se queja de que nuestro periódico tenga muchas páginas. Ovidio Pérez Martín, de Ávila, no necesitaba tanta información como la que le sirvió EL PAÍS el pasado 22 de diciembre. Por primera vez en la historia de nuestro periódico, ese día se editaron 76 páginas en la edición diaria, un suplemento dedicado a la lotería de 16 páginas, 48 páginas del suplemento Domingo y 136 de El País Semanal. Según su carta, se siente, "abrumado por la montaña de letras que compraba". Luego cuenta, poéticamente, que ante esta "agresión", prefiere "mirar con libertad la mañana del domingo y comprobar que la noche aún tiene estrellas y la Luna está ya a punto de ser llena". Todo puede ser compatible. Mirar a las estrellas y leer un periódico con información que le interese.