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Crítica:VISTO / OÍDO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Gerifaltes de hogaño

Vicente Molina Foix

No todo es juguetería y cava en estas fiestas. Celosa de mantener el equilibrio al que está llamada por su alto destino de monopolio ocioso nacional, Televisión Española nos está dando en las jornadas navideñas una de cal política por cada paletada de arena movediza y chisporroteante. La cal, en este caso, es doblemente útil; no sólo es el mortero highbrow del edificio de la programación festiva, sino que además sirve para recordarnos que Europa somos y en Europa nos convertiremos.Me refiero a ese Especial informativo en 12 entregas que se emite cada noche a la hora del cóctel, dando voz a los jefes de Gobierno de los países miembros de la la CEE. En respeto de las relaciones, nuestro presidente del Gobierno, Felipe González, saldrá el último, pero a estas alturas, sobrepasada la primera mitad, se puede avanzar que el especial es sobre todo un triunfo de su presentadora, la periodista catalana de bello apellido pucciniano Rosa María Calaf.

Las premisas son simples. La entrevistadora tiene acceso, cada día con un vestido y joyas diferentes, a las salas de estar de los palacios respectivos y, haciendo gala de un francés excelente y un inglés muy aceptable, formula preguntas pertinentes y bien documentadas, aunque todas cortadas por el mismo patrón. Hubo una excepción inquietante respecto a los locales: el jefe del Gobierno de Holanda habló con Calaf en un estudio de televisión, haciendo un gesto que tanto podría ser indicativo de la renuncia a la ostentación del reino holandés como de una neutra lidad política. A través de las demás estancias suntuosas retratadas por la cámara se podría esbozar un estudio de los estilos decorativos dominantes en el Mercado Común.

La forma

Y es que la cabal comprensión y disfrute de esta compendiada serie navideña sólo es posible atendiendo a laforma y desplazando el fondo a un segundo fondo. Nunca como en este caso el medio constituye el mensaje. Porque el mensaje que la esforzada Calaf trata de extraer a sus interlocutores tiene todos los vicios de la profesión política: hay un optimismo de oficio y una cuidadosa elusión de las cuestiones conflictivas; un canto algo desafinado al concierto de Europa y sus ventajas. Con la salvedad del irlandés Fitzgerald, que hizo una aguda comparación entre el orgullo europeo de un país de reciente independencia como el suyo y la ganancia psicológica que a un pueblo autohumillado durante 40 años y puerilizado como España le puede suponer sentarse de igual a la mesa de los mayores, el resto de las intervenciones vistas hasta ahora no pasa de la fórmula bienintencionada y el brindis.

Fijarse en la anécdota

Por eso no queda más remedio que fijarse en los márgenes. En la anécdota sobre el aceite de oliva ("¿eso es algo para el pelo?") que contó el amigable Bettino Craxi de su colega japonés, en la pedantería de Mazarino laico y hermano sabihondo que lució Laurent Fabius, en el rabioso teñido rubiáceo de Margaret Thatcher. El espacio dedicado a la inglesa tuvo miga. Esta dama es tan cursi que logró que el saloncito de Downing Street pareciese, con la estatuilla de porcelana que se veía al fondo, el Iiving room de una familia hortera de los Midlands. Inmaculada y tersa, con su collar de perlas de dos vueltas, la Thatcher hizo alarde de la férrea energía que le ha ganado el mote; recortó misteriosamente el cuestionario previo de la periodista y entonó con acento muy americano un himno a la guerra de las galaxias reaganiana, terreno sobre el que ningún otro dirigente europeo ha querido pronunciarse claramente.Desengañémonos. Hoy por hoy sólo es posible hacer una lectura formalista de la política. Escuchando el discurso sospechosamente uniforme de estos gerifaltes europeos, el espectador sólo tiene el recurso de la belleza. Estéticamente, mi preferido es Poul Schlüter, presidente de Dinamarca. Aunque no se nos diga cada día quién firma la realización de los programas, a mí me pareció ver la sombra del genial cineasta danés Dreyer en esa entrevista. Sobre un austero fondo de pared verde y con un hipnótico vaso de agua consumido a mitad en primer término, el reducido juego de plano y contraplano, el porte erecto de los hablantes, el atuendo -en esa ocasión, teresiano- de Rosa María, evocaban un mundo en el que la verdad no importa tanto como el ademán. Un mundo de ficción.

Especial informativo se emite a las 21.05 por TVE-1. Hoy, entrevista a Andreas Papandreu, presidente del Gobierno griego.

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