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La Siberia extremeña confía en superar la pobreza con el 'gordo'

Los 3.000 millones de pesetas que dejó el gordo de Navidad en la Siberia extremeña han supuesto un auténtico maná para la zona, una de las más deprimidas de la provincia de Badajoz. La localidad afortunada de Herrera del Duque, de 4.600 habitantes, tiene en la actualidad, según palabras del teniente de alcalde José Gil Peña, 400 obreros que viven de las peonadas que ofrece el ayuntamiento para mejora de los montes municipales. "Repartimos el trabajo para que el mayor número posible de jornaleros pueda acceder al subsidio agrario".Sin embargo, el trabajo no alcanza para todos y José Gil afirma que "en Herrera del Duque algunas familias están pasando auténtica hambre". En la localidad se han quedado 2.500 millones de los 3.000 que repartió el director de la sucursal del Hispano, Ángel Joaquín Lagoa, por fiarse de un libro de horóscopos. La zona vivió hace siete años una euforia laboral a causa de la instalación en sus proximidades de la central nuclear de Valdecaballeros. "La población flotante aumentó de tal modo en Herrera", comenta Gil Peña, "que este pueblo tenía casi 7.000 habitantes, de los que aproximadamente 1.000 trabajaban en la nuclear".

Pero la euforia por la central pasó cuando el Plan Energético Nacional incluyó la paralización de las obras. Herrera del Duque volvió a languidecer, su población flotante se marchó y la gente se ocupó de nuevo en sus labores tradicionales: la ganadería, sobre todo ovina, y las aceitunas. Incluso un día antes de que le tocaran dos millones en el gordo, un herrereño, conocido por Perriche, volvió a su casa llorando porque lo habían despedido de la central nuclear.

Ahora, por el azar de la lotería, Herrera es un pueblo de millonarios. Muy pocas son las familias a las que se les escapó la fortuna. "Por poner un ejemplo", afirma el teniente de alcalde, "le han tocado, al menos dos millones, a todos los pensionistas y a todos los recién casados. Fíjate si estará repartido el premio", dice sonriendo, .que le ha tocado hasta al cura".

El número del gordo fue adquirido por Lagoa, convencido, tras leer un libro de horóscopos, que el premio recaería sobre una cifra acabada en 9 y cuya suma de dígitos fuera múltiplo de 9.

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