El Ministerio de Economía garantizará las cuentas de resultados de las instituciones financieras
El Ministerio de Economía está dispuesto a echar una mano a las instituciones financieras para que no peligren sus cuentas de resultados. La baja de tipos de interés que, de forma periódica, ha tenido lugar durante los dos últimos años representa un cierto problema para estas entidades, que no se han decidido a "realizar su reconversión como el resto de las empresas españolas en los últimos años", en opinión de fuentes de este ministerio. Ante dicha situación sólo cabe la posibilidad de instrumentar mecanismos que garanticen una rentabilidad mínima a las colocaciones del pasivo de las entidades.
Las cuentas de resultados de las instituciones financieras españolas, bancos y cajas de ahorro, tienden a presentar cifras decrecientes en relación a los volúmenes de recursos ajenos movilizados a través suyo tanto por el descenso en la rentabilidad media de sus inversiones, consecuencia de la baja de tipos de interés, como por la incapacidad manifiesta de dichas entidades a ajustar la retribución de sus depósitos a esa baja de rentabilidad en los activos y de lograr ajustes en el resto de los costes.La financiación del déficit del sector público, y la forma en que se decidió solucionar la crisis bancaria han provocado que buena parte de los depósitos del sistema financiero tuvieran que destinarse a adquirir títulos públicos que, en un principio, tenían una alta retribución, lo que alejaba cualquier problema de rentabilidad para las instituciones financieras.
El descenso de la tasa de inflación y la buena coyuntura del sector exterior han permitido, en los dos últimos años, rebajar los tipos de interés de dichos títulos públicos hasta niveles casi impensables hace poco tiempo. La banca, que no ha creído en la baja de tipos de interés y no ha forzado la reducción de sus costes financieros hasta donde debería, a pesar de los numerosos pactos de caballeros que ha suscrito, se encuentra en la actualidad atrapada en un importante dilema.
Hace dos años los banqueros culpaban a la Administración por elevar hasta el 50% del pasivo la cantidad que tenían que destinar a inversiones obligatorias. Ahora, la anunciada rebaja de los coeficientes y la baja de retribución de estas inversiones preocupan a estas entidades, que no acaban de encontrar una remuneración aceptable para sus recursos. Algunos grandes bancos querrían que no se produjera la rebaja de los coeficientes y presionan para que se les garantice una rentabilidad de los mismos.
Variaciones de interés
El presidente de la patronal bancaria, Rafael Termes, que tiene que enfrentarse en las próximas semanas a la discusión con los sindicatos de la denuncia del convenio colectivo para tratar de arrancarles la desaparición de los complementos de pensiones, lleva varios meses tratando de convencer a la Administración para que las instituciones financieras puedan cubrir el coeficiente de regulación monetaria con deuda a medio o largo plazo en lugar de pagarés del Tesoro, mucho más sensibles a las variaciones de los tipos de interés.El Ministerio de Economía ha aceptado el razonamiento de la patronal bancaria y ha instrumentado mecanismos para sustituir los pagarés por otros títulos y con ello lograr que no sufran demasiado las cuentas de resultados.
En Economía se justifica esta medida no sólo para ayudar a la banca, que lo necesita según estas fuentes, sino desde bases objetivas. El tipo de interés de los pagarés del Tesoro ha venido reflejando, hasta la aparición de la ley de fiscalidad de determinados activos financieros, la tendencia del mercado y sus tipos se ajustaban bastante. Pero a partir del momento en que cualquier otro activo tiene una retención a cuenta del 18%, la retribución de los pagarés tiene una prima fiscal muy importante que permite rebajar su coste. Esto es lo que ha ocurrido en los últimos meses y por ello se explica la fuerte caída en la retribución de los pagarés de las subastas más recientes y de las cesiones temporales con pacto de recompra.
El mecanismo que se va a instrumentar, sin demasiada prisa porque los problemas no surgirán hasta la primavera próxima, consiste en permitir que las instituciones financieras sustituyan los pagarés que tienen obligatoriamente que tener en su cartera por emisiones a plazo más largo. En la actualidad se discute en Economía sobre el carácter de esas nuevas emisiones.
Las alternativas se centran en si los nuevos títulos computables dentro del coeficiente tendrán un tipo de interés fijo o variable porque el largo plazo de amortización, por encima de cinco años, está ya garantizado. Algunos sectores de la Administración consideran imprescindible que estas emisiones tengan tipos de interés variables ligados a la tasa de inflación para que no haya excesos de rentabilidad en años futuros. En cualquier caso, la garantía de la rentabilidad de estas emisiones estaría salvaguardada.
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