Se aproxima el fin del juicio sobre la 'pista búlgara'
El interminable proceso sobre Alí Agca y la llamada pista búlgara -es decir, la hipotética implicación de los servicios secretos búlgaros y soviéticos en el atentado del 13 de mayo de 1981 contra el papa Wojtyla- ha llegado a su último capítulo. Ayer se aplazaron las sesiones hasta el próximo día 10 de enero. Mientras, la Radiotelevisión Italiana (RAI) prepara ya una obra cinematográfica sobre el atentado del siglo.
Ante el tribunal del foro itálico, presidido por el juez Ilario Martella, que ha conducido el proceso con infinita paciencia e innegable inteligencia, ha desfilado en los últimos tiempos la oscura caravana de testigos del mundo de la Camorra y de los servicios secretos italianos, llamados a declarar por el ex amigo de Raffaele Cutolo y gran arrepentido de la nueva Camorra organizada, Giovanni Pandico.Este último había sido el primero en revelar, con una explosiva entrevista a la Prensa, hace meses, que habían sido los servicios secretos militares (SISMI), capitaneados por el general Pietro Musumeci, hoy encarcelado, quienes habían urdido en la cárcel de Ascoli Piceno la famosa pista búlgara. Los camorristas de Cutolo, a quien las autoridades judiciales habían decidido trasladar a la cárcel de máxima seguridad -temían que en dicho traslado se tramara la muerte del jefe-, pidieron ayu da a los servicios secretos de Musumeci. Éste, según Pandico, prometió ayudarles, pero con una condición: que le arrancaran una firma a Alí Agca, encerrado en aquella misma cárcel y medio abandonado, sin vestido, sin dinero y en una celda miserable, afirmando que habían sido los búlgaros y los soviéticos quienes le ha bían pedido que disparara al Papa
La acción de la Camorra
Ante el tribunal de Roma, Pandico ha confirmado todas sus afirmaciones con aplomo, vestido como un lord, con traje oscuro de chaqueta cruzada. Ante él, Alí Agca, con la barba larga, sin cuidar y con su eterno traje color caramelo, le llamó embustero y gritó diciendo: "Nunca he visto a este hombre". Pandico, sin perder la calma, le dijo que era él el mentiroso de exportación y que mejor le valía confesar todo, ya que su protector, el general Musumeci, es un hombre acabado y ya no puede ayudarle.El arrepentido de la Camorra es quien había llevado a la cárcel al famoso presentador de televisión Enzo Tortora, diputado radical en el Parlamento europeo, que acaba de renunciar a la inmunidad parlamentaria para volver a la cárcel. Pandico, antes de dejar el tribunal, exclamó con acento dramático: "Por mis confesiones he pagado el duro precio del asesinato de mi madre".
Después de Pandico han desfilado por el tribunal desde el sacerdote Mariano Santini -que era entonces el capellán de la cárcel y maestro de italiano de Alí Agca y que hoy está encarcelado, condenado por camorrista- hasta el ex director de la cárcel Cosimo Gíordano y, por fin, el mismo general Pietro Musumeci, quien se puso a sollozar en público diciendo: "Yo soy inocente". Pero sólo tres días más tarde el general recibió en la cárcel otro mandato de detención, con la gravísima acusación, esta vez, de implicaciones en el terrible atentado a la estación de Bolonia del 2 de agosto de 1981.
Hoy el presidente del tribunal, llario Martella, está en Nueva York, donde lleva varios días interrogando a puerta cerrada al que había sido el brazo derecho de Musumeci, organizando con él unos servicios secretos militares paralelos: se trata de Franco Pazienza, encarcelado en Nueva York y en estos días también implicado en el atentado de Bolonia.
Ha sido él mismo quien ha querido declarar en el proceso del atentado al Papa, complicando las cosas aún más si cabe. De las pocas revelaciones filtradas, en efecto, desde Nueva York, al parecer Pazienza ha declarado al juez Martella que, a los pocos días del atentado al Papa, un grupo de lobos grises se encontró en Miami con el personaje número uno del extremismo de ultraderecha: el fugitivo Stefano delle Chiaie. Y Pazienza ha confiado al juez italiano que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ha conocido siempre muy bien el paradero del famoso neofascista italiano.
La película
Que el proceso está a punto de concluir lo demuestra el hecho de que la RAI tiene ya casi a punto una película en tres capítulos sobre el atentado al Papa. El protagonista será, al parecer, Christopher Bucholtz, hijo del actor alemán Horst. El director de la obra es el italiano Giuseppe Fina.La noticia, tenida hasta ahora en silencio por la RAI, fue confirmada oficialmente ayer a este corresponsal, a quien le han asegurado que la película está casi terminada y que falta sólo la parte final de la sentencia definitiva: "Esperamos poder acabarla en enero", han dicho, lo cual demuestra que la televisión pública tiene noticias de que el proceso está en sus últimas boqueadas. Alguien ha expresado gráficamente que este proceso sobre lapista búlgara se ha ido inflando como un globo de los niños y que ahora hace falta sólo el alfilerazo final para que se deshaga como una pompa de jabón. Es la sorpresa que está esperando la RAI para lanzar su obra, a la que ciertamente no le faltará taquillaje.
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