La Prensa alemana califica de "gallinas acobardadas" a los jugadores del Borussia
La Prensa alemana califica de "gallinas acobardadas" y "perros apaleados" a los jugadores del Borussia Moenchengladbach, que fueron derrotados el miércoles en el estadio Santiago Bernabéu por un Real Madrid que consiguió "culminar el milagro", tras remontar un adverso 5-1. Varios jugadores del equipo madridista no consiguieron dormir tras el partido "por la fuerte tensión psíquica acumulada" y el club blanco despachó el problema suscitado con numerosos espectadores que no pudieron "ubicarse para presenciar el partido" con una nota en la que apela "a la comprensión de los aficionados".
La Prensa alemana califica con extrema dureza la actuación del Borussia. Según Efe, Express afirma: "El Real culminó el milagro y sucedió lo imposible: el Borussia está fuera de la UEFA. La ventaja de 5-1 no le alcanzó para clasificarse en el barril de pólvora del Bernabéu. Los jugadores se arrastraron fuera del campo al acabar el encuentro como perros apaleados. Contra los ofensivos y convincentes madridistas no tuvieron nada que ofrecer, y hubo momentos en que parecieron gallinas acobardadas".El General Anzeiger dice: "El Real logró el 4-0, y al milagro de Düsseldorf le siguió el desastre de Madrid. Uli Stielike tuvo razón cuando profetizó que los madrileños serían capaces de dar la vuelta al resultado, pero la defensa del Gladbach dio una impresión catastrófica". Y el Die Welt señala: "Los jugadores del Borussia debieron notar que el Real Madrid es en su estadio todo poder y fuerza, que juega sin preguntarse por los goles que encaja en el encuentro de ida. Los defensores fueron incapaces de hacer frente a los ataques del Real, que realizó una ofensiva a un ritmo increíble".
"Señores socios"
Mientras, el club blanco hizo pública ayer una nota oficial en la que "el presidente y la directiva, en nombre de los técnicos y jugadores y de todos los componentes del club, quiere expresar el más sincero y amplio agradecimiento a los señores socios, peñistas y simpatizantes por el incondicional y ejemplar apoyo brindado al equipo". En el párrafo final, tras recordar la nueva "excepcional página de gloria del fútbol mundial", se "apela a la comprensión de todos aquellos aficionados que por diferentes causas, del todo ajenas a la voluntad del club y que somos los primeros en lamentar, no pudieron ubicarse para presenciar el partido".Los jugadores madridistas no celebraron de manera especial su nuevo triunfo europeo. Algunos se tomaron una copa en discotecas con sus mujeres, pero la mayoría se acostó hacia las tres de la madrugada. En estos casos los deportistas no suelen conciliar el sueño con facilidad. Santillana, capitán del equipo, así lo confirmó: "Estos partidos dejan huella, pero más por la tensión psíquica acumulada que por el esfuerzo físico. Yo no he pegado ojo en toda la noche, el organismo está muy alterado".
Santillana fue materialmente ahogado por sus compañeros tras el cuarto gol. Butragueño principalmente "se me tiró encima de forma increíble. Le tuve que decir que me soltara el cuello, pero El Buitre me respondía que no me moviese. Luego, aunque no me di cuenta hasta verlo en televisión, parecía incapaz de soltarse, le llevé abrazado hasta el centro del campo. No sé, era un partido también muy especial para él por lo que había ocurrido el domingo anterior, cuando la gente le chilló, y la verdad es que son detalles de compañerismo que emocionan, sobre todo cuando siempre se me pregunta si somos compatibles o no".
Ayer, los madridistas comenzaron a despejar la resaca con una sesión de baño y masaje en la ciudad deportiva. Nada de celebraciones especiales, nada "fuera de lo normal", en palabras del veterano delantero. "Aquí no se le da tanta trascendencia a estos resultados; en otros equipos el problema quizá es más regional, la gente vive más de cerca todo lo que representa su equipo. Pero estamos acostumbrados a eso". Y Juanito descubrió que jugó todo el segundo tiempo con una tendinitis en el abductor.
Los dos chavales a los que el entrenador, Luis Molowny, tuvo que convocar del equipo de aficionados de Tercera División, Mediavilla y De la Calle vivieron una experiencia "inolvidable".
Ambos tuvieron que cumplir el rito que desde hace varias temporadas realiza la plantilla en sus paseos por los alrededores de la concentración: al llegar a una puerta de uno de los chalés por los que pasean todos deben tocarla, generalmente con un puntapié. "El que no lo hace", afirman varios jugadores, "no entra en el grupo".
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