¿Adónde vas, UNED?
Con esta carta quiero expresar mi sintonía emocional con las impresiones de Enrique García acerca de la dureza de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (EL PAÍS, 26 de noviembre de 1985, en la página 5 del suplemento de Educación). Me parece que las pocas contemplaciones con que son tratados los alumnos originarios de esta institución universitaria (trabajadores, probablemente casados y con responsabilidades familiares) responden a una presunción de mala fe: la ausencia de relación docente directa y sistemática entre profesor evaluador y alumno concede a éste más horas de estudio y menor grado de control, luego hay que exigirle mayor rendimiento y oponerle pruebas de más dificultad para verificar una idoneidad que se prejuzga dudosa. De esta forma se percibe una marginación del profesor-tutor, una metodología de trabajo basada en la hipermemorización de las unidades didácticas, ignorancia del esfuerzo desarrollado por alumnos con responsabilidades adicionales, la falacia de identificar el paso de grandes obstáculos con una adecuada formación profesional, y, por consiguiente, un generoso índice de abandonos.y un doloroso balance de desilusiones. Estas consecuencias no son ajenas a la masificación que se está registrando en la UNED con efectos disfuncionales, nutriéndose de estudiantes de provincias sin universidad y sin suficientes medios económicos para desplazarse fuera; con lo cual se está constatando una desviación sociológica respecto a los destinatarios apropiados de un modelo universitario como el que comentamos. Como esta tendencia va en aumento, y ahí están los datos estadísticos, es fácil ser pesimista acerca de esta universidad, que cada vez se está distanciando más de sus objetivos fundacionales.- M. Hidalgo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.