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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Navarra, manipulada

Que se tengan unos sentimientos, pase; que se estimen incorrectas ciertas denominaciones acerca de los nombres de los futbolistas, también; incluso es admisible la crítica al PSOE en lo que supone de cambio de postura justificada por pura conveniencia.Pero lo que de ningún modo es tolerable desde punto de vista alguno es la infidelidad interpretativa -faltando gravemente a la veracidad- que sobre el libro Orígenes y destino de Navarra, de Sánchez Albornoz, hace Rosa María Osákar en su carta del pasado 29 de noviembre. La presunta (por no decir utópica) pertenencia de Navarra a Euskadi a la que usted hace mención demuestra, además de una deficiente capacidad valorativa, la exposición de una conclusión histórica diametralmente opuesta a la manifestada en este libro.

Por favor, lea una vez más y recapacite: "Sobre el suelo del territorio de Navarra (antigua Vasconia) vivían los vascones, pueblo que, acosado por los godos del Norte y del Sur durante los siglos V y VI, comenzó a extenderse hacia las actuales Provincias Vascongadas, produciéndose una lenta colonización de las tribus de várdulos, caristios y autrigones que poblaban Guipúzcoa, Álava y Vizcaya", resultando de aquí que vasco o vascongado signifique vasconizado, hecho al modo vascón, término similar por su sentido a britanizado, americanizado, etcétera.

Conste ante todo, y en especial ante una opinión general lamentablemente confusa, que esta aclaración no quiere decir en modo alguno que manifestar soy navarro sea afirmar odio a los vascos. Muy al contrario, creo que, al igual que muchas personas, puedo honrarme de contar entre mis mejores amistades con gente nacida en el País Vasco, aparte de otros lazos de índole familiar que aún me atraen más. Si alguien ha destacado por sus buenas relaciones de amistad, ahí están vascos y navarros. El triste hecho de que se hayan visto deterioradas dichas relaciones no puede obedecer más que a los morbosos deseos de mentes enfermizas que no saben ni lo que quieren. Basta ya. Gracias.- José Javier Ochoa

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