Un día en la carcel de Alcalá-Meco
José María Ruiz-Mateos se encuentra en excelente estado de ánimo tras dormir la primera noche en la cárcel de alta seguridad de Alcalá-Meco. El financiero ingresó en la prisión a las 2.25 horas de la madrugada del domingo, tras haber declarado ante el juez de Delitos Monetarios, Luis Lerga. Ruiz-Mateos ocupa, como los demás internos del establecimiento, una celda individual construida en hormigón, y que consta de un lavabo, servicio, silla, mesa y cama adosadas, una ventana abatible con rejas que da a un patio interior y estanterías para libros y un espejo. El financiero pudo descansar pasadas las 3.00 horas de la madrugada. Una vez ingresado, se le tomaron datos de su filiación (huellas y rasgos fisonómicos) y se le sometió a un cacheo personal y de los objetos que portaba, y a un riguroso análisis médico.Los 30 presos que comparten el mismo departamento que Ruiz-Mateos son internos calificados de buen. comportamiento. Como ellos, el financiero fue despertado a las 7.45 horas de la mañana, y después de asearse se dirigió a los comedores donde desayunó café con leche y un bollo.
Tras pasar por el recuento reglamentario, después de las 11.00 de la mañana recibió la visita de su mujer, María Teresa Rivero y de sus hijos Zoilo, Rocio, Begoña y Almudena, que permanecieron hasta las 13.13 de la tarde. Al salir, María Teresa Rivero afirmó que confiaba en que su esposo saliese pronto. La conversación habría sido muy genérica, "sin hablar de nada en particular".
Un poco más avanzada la mañana llegó a Alcalá-Meco el abogado de Ruiz-Mateos, Ramón Pelayo, acompañado de su posible nuevo penalista Adolfo de Miguel. Pelayo aseguró desde el coche, a su salida de la cárcel, que había encontrado "francamente bien" al empresario y que era un hombre "que infunde optimismo".
A las 13.30 de la tarde, Ruiz-Mateos pasó a los comedores para almorzar el menú del día, compuesto de un primer plato de judías pintas con oreja y verdura, un segundo de chuleta de cerdo y fruta de postre. De ahí regresó a las 2.30 a su celda para el recuento general y permaneció hasta las 4.00 de la tarde, en que se da por terminada la hora de la siesta. A partir de las 7.00 cenó sopa, huevos con chorizo y fruta.
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