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Crítica:El cine en la pequeña pantalla
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El villano Widmark vuelve a la carga

En El beso de la muerte, de Henry Hathaway, se destapó de golpe el sórdido frasco de esencias de un actor desconocido que de la noche a la mañana alcanzó, con feroces y sardónicos papeles de villano, fama mundial.El segundo capítulo de esta carrera hacia el estrellato negro de Richard Widmark fue su interpretación en el filme de William Keighley La calle sin nombre, sólo un par de meses después de su descubrimiento en aquel primer filme.

En esta ocasión ocurrió lo mismo que en la primera. Si Widmark, con un papel mínimo, devoró allí el protagonismo de Victor Mature, en La calle sin nombre al que se merienda es a Mark Stevens.

En La calle sin nombre, el enfrentamiento entre Stevens y Widmark tiene otro sabor, menos amargo, que el M filme de Hathaway. La película, al gusto de Keighley, que en los años treinta, con su G-men, inició la parte de la serie negra vista desde la óptica de la policía, cuenta la historia de un agente federal norteamericano infiltrado en una banda de gánsteres.

La calle sin nombre está narrada en forma de reportaje, casi a la manera documental, con sacudidas de violencia dramática en forma de incrustaciones en la aparente objetividad del relato. Sin ser una gran muestra del género negro, mantiene su magnetismo, gracias sobre todo a la furia homicida de Widmark.

La calle sin nombre se emite hoy, a las 22.05, por TVE-2.

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