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El dueño del asilo San Leopoldo, acusado del homicidio de un anciano que murió desnutrido

Amelia Castilla

Leopoldo Villagordo, propietario de una residencia de ancianos situada en el número 94 de la calle de Delicias, se encuentra en la cárcel de Carabanchel, acusado de un supuesto delitode homicidio, según informó ayer un portavoz de¡ Juzgado de Instrucción número 32. Villagordo fue detenido el pasado sábado, tras fallecer uno de los ancianos que se encontraban alojados en dicho centro con síntomas de desnutrición. Veinte ancianos que se encontraban internados en la residencia fueron trasladados durante la noche del martes a centros asistenciales públicos.

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El mismo portavoz del Juzgado de Instrucción número 32 no descartó que en los próximos días se produzcan nuevas detenciones en relación con este caso.La orden de desalojo de la residencia de Delicias -en realidad un piso particular- fue dada por la concejala-presidenta de la Junta Municipal de Arganzuela, Francisca Martínez, haciendo uso de las facultades que le otorgaba un telegrama del juez. El desalojo fue dirigido por un grupo de médicos, y los ancianos fueron trasladados en ambulancias.

Una niña de nueve meses llamada Zoraida, que según explicaron los empleados es hija de Villagordo y de su compañera Elena Aparicio, fue llevada también a la Ciudad Escolar Provincial, un centro provincial para menores.

Asimismo, un chalé que funcionaba como residencia de ancianos clandestina en la localidad conquense de Villar de Cañas, propiedad de Leopoldo Villagordo, fue clausurado ayer a raíz de una inspección de urgencia de la delegación de Sanidad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, informa Clara Acebes.

La residencia clandestina, según el delegado de Sanidad, albergaba a 11 ancianos que presentaban síntomas de enfermedad mental o demencias seniles en varios casos. Las condiciones infrahumanas en que convivían y la escasez de alimentos se habían agravado al parecer desde el ingreso en prísión del propietario del centro.

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Atendían a los ancianos dos cuidadoras, de 16 y 19 años. Según el delegado de Sanidad, Luis López Redondo, los inspectores detectaron en la mayor de las jóvenes síntomas de deficiencia mental.

Los ancianos estaban todos indocumentados y trastornados. Algunos no recuerdan quiénes son ni dónde viven sus familias y fueron incapaces de decir el tiempo que llevaban residiendo en la casa de la urbanización Casalonga, de Villar de Cañas. Los ancianos dormían en el suelo.

Un piso antiguo

La delegación de Sanidad de Cuenca gestionaba ayer con el Gobierno regional de Madrid, de donde proceden los ancianos, que la residencia de Alcalá de Henares se haga cargo de ellos.La situación en el piso de Madrid horas antes de que se produjera el desalojo de los 20 ancianos era caótica. Seis personas jóvenes, sin contrato, cuidaban a los ancianos. La residencia ocupaba un piso antiguo, de techos altos, sin calefacción ni agua caliente.

El hedor era insoportable, pese a que estaban abiertas las ventanas para que la casa se ventilara. La distribución de las seis habitaciones del piso era la misma: el mayor número de camas posible, amontonadas, y escaso mobiliario. Las camas están cubiertas con una colcha muy fina y debajo sobresale una ligera manta.

En la cocina, uno de los empleados limpia un manojo de acelgas para la comida, que se completará con un segundo de pescado. La Junta de Arganzuela ha enviado a diario alimentos para los internos. Leopoldo Villagordo llevaba personalmente, antes de ser detenido, .unos desechos de pollo y alguna vez hígado", según un empleado.

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