Banquero y 'amo' de Ibiza
Tiene 44 años, cuatro hijos, y dos licenciaturas, una en derecho y otra en economía. Posee hoteles y sociedades en Ibiza y Formentera, que dan traba o a unos 3.000 empleados, y cotiza a Hacienda 52 millones anuales en concepto de renta. Sus innumerables negocios hoteleros e inmobiliarios ganaron a Abel Matutes el sobrenombre de amo de las islas. El afianzamiento de sus teorías económicas liberales en Alianza Popular le elevaron a la categoría de hombre fuerte del partido. Su vocación internacionalista y sus cuidadas, aunque críticas, relaciones con los socialistas, a quienes culpó de haber llevado mal las negociaciones de adhesión a la Comunidad Económica Europea, le han ayudado a convertirse en comisario español en Europa.Conoció a Manuel Fraga en los comienzos de la transición democrática y, tras ser elegido como senador en las dos primeras legislaturas, se convirtió, en 1982, en diputado por Baleares. Su influencia y poder sobrepasaban ya los límites de las Pitiusas. Con la década de los ochenta, Matutes, que cuenta con un banco que lleva su nombre, entró en la cúpula de los políticos con poder, y se ganó un nuevo apodo, el de cerebro económico de AP, Sus puestos en el partido -presidente de la comisión económica, vicepresidente primero, portavoz del Grupo Popular de economía y hacienda y presidente del comité electoral- y el triunfo de sus tesis liberales, fervorosamente reaganianas, en la política económica del partido le acreditan publicamente como tal.
Retrato de triunfador
Abel Matutes empezó a diseñar su retrato de triunfador desde muy joven. A los 21 años, tras dejar su Ibiza natal para estudiar en Barcelona, se hizo con las licenciaturas de Derecho y de Económicas. Tuvo tiempo, incluso, para fichar por el Real Club Deportivo Español, donde jugó durante dos años. Dicen que su padre, también banquero, se enfadó mucho cuando el ahora comisario de la CEE dejó el fútbol por los negocios. Pero Matutes optó por lo seguro: se volvió a su isla y, aprovechando que la Ibiza de los sesenta estaba cambiando los hippies por los turistas alemanes, se dedicó a reorganizar el Fomento del Turismo, a construir hoteles y a convertirse, en 1970, en alcalde de Ibiza.
Amante del mar, en su yate han paseado por el Mediterráneo altos dirigentes socialistas como Luis Carlos Croissier, presidente del INI, y José Borrell, secretario de Estado de Hacienda. Estos paseos marítimos son parte de la imagen de anfitrión de Ibiza que Matutes cuida con esmero. Una imagen abierta que le ha convertido en un liberal-conservador bien visto por el partido del Gobierno. Algunos políticos, actores y hombres de letras saben también de la tranquilidad privilegiada de su casa de Benimusa.
El nuevo nombramiento como comisario de la Comunidad viene a poner un broche a la vocación internacionalista de Matutes, que ha confesado en alguna ocasión tener a su abuelo, naviero y el hombre que, en 1906, inauguró las primeras fábricas de electricidad de las islas, como ejemplo. Fiel admirador del capitalismo liberal introducido por su abuelo en la tranquila Ibiza de principios de siglo, Matutes ha pasado de construir hoteles para los turistas europeos a convertirse en comisario de Europa.
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